Raúl Luis Suárez nació en España, en 1882, pero su familia emigró a Uruguay y finalmente se estableció en Argentina, en los últimos años del siglo XIX. Sus padres murieron cuando él era joven y un tiempo se hizo cargo de su hermana menor, hasta que ella se casó.

En aquel momento, en 1908, Raúl volvió a Montevideo para conseguir un certificado de nacimiento con su nombre. Con él volvió a Argentina, se casó y obtuvo una cédula de identidad con su fotografía. En ella aparece mirando al horizonte, dibujando una sonrisa sutil, pulcramente peinado y vestido.

Su matrimonio no duró para siempre (como se esperaba en aquella época) y Raúl dejó a su esposa para vivir con su amante. Trabajaba como empleado en un ministerio del gobierno, y su vida era sólo una historia más hasta que un día de 1930, Raúl se desmayó y tuvo que ser hospitalizado.

Al quitarle la ropa, los médicos descubrieron con horror que sus genitales no eran de hombre, sino de mujer. Raúl se repuso y fue dado de alta, pero la bomba había estallado. A los pocos días de volver a casa murió por causas indefinidas, mientras su historia llegaba a la prensa, que ahora lo llamaba “mujer-hombre”, y lo señalaba por haber “simulado” su sexo masculino durante más de veinte años.

Al morir, le fue reasignado el nombre femenino que sus padres le habían dado: Raquel. Médicamente, su cuerpo fue un campo de batalla, analizado y finalmente archivado, describe el investigador Patricio Simonetto, en su artículo Raúl Luis Suarez’s Smile and The Ruthless Archive, donde anuncia un próximo libro sobre otros casos como el de Raúl y el surgimiento del "cambio de sexo" en Argentina.