Ciencia que frena al VIH — letraese letra ese

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Ciencia que frena al VIH


El doctor Anthony Fauci, líder de la respuesta a la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos; el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus; la canciller alemana Angela Merkel y otras personalidades que se encuentran a la cabeza de la emergencia sanitaria pusieron una pausa a esas actividades para dedicar tiempo a la otra pandemia, esa que acaba de cumplir 40 años, y que es la causada por el VIH.

La Sociedad Internacional de Sida (IAS, por sus siglas en inglés) llevó a cabo la 11ª Conferencia sobre ciencia del VIH, del 18 al 21 de julio pasados.

Se trata del uno de los escenarios más importantes en donde tanto equipos de investigación como farmacéuticas presentan los más recientes avances en la prevención y tratamiento de la infección por VIH y los problemas relacionados con el sida.

Nuevos tratamientos semestrales

El apego al tratamiento es un aspecto difícil en cualquier enfermedad, sin importar si es aguda o crónica. El tomar los medicamentos indicados en las dosis prescritas y durante el tiempo señalado es complicado para la mayoría de las personas, pero este problema se agudiza cuando se trata de esquemas de tratamiento que deben durar toda una vida.

Por esto, la investigación sobre medicamentos antirretrovirales se ha enfocado durante mucho tiempo no sólo en encontrar los más efectivos, sino también en simplificar las vías de administración y las dosis, para así facilitar que las personas que viven con VIH lleven adecuadamente el tratamiento, cuya efectividad depende en gran medida de la disciplina con la que se toma.

En este sentido, se presentaron resultados alentadores sobre un nuevo medicamento, llamado lenacapavir, que está diseñado para administrarse cada seis meses, ya sea por vía oral o en inyección. Este esquema de dosis podría ayudar a sortear obstáculos como la entrega mensual de medicamentos a las personas que los requieren, y que muchas veces no pueden ausentarse del trabajo o desplazarse largas distancias hasta su centro de salud para resurtir sus recetas.

Lenacapavir es un fármaco de la familia de los inhibidores de la cápside del VIH, que interfieren con una capa que recubre el material genético del VIH y que interviene en su replicación. Su función es impedir que el VIH se multiplique dentro del cuerpo humano.

 

Antirretrovirales que se suministran cada seis meses y un tratamiento preventivo que se inyecta mensualmente son dos de los principales avances presentados e la Conferencia sobre Ciencia del VIH, realizada en julio pasado.

 

Uno de los estudios sobre este medicamento, llevado a cabo en Francia, mostró que es eficiente en personas cuya infección ya es resistente a otros fármacos. Se incluyó a 24 participantes cuyos tratamientos habían fallado para ese momento; se les suministró lenacapavir vía oral durante 2 semanas, y luego una inyección subcutánea, junto con un régimen complementario de antirretrovirales.

A las 26 semanas, es decir, 6 meses después de la primera dosis (y justo después de recibir la segunda inyección dentro del estudio) se observó que el 81% de las personas tenían una cantidad de virus muy baja en su sangre (menor a 50 copias/mL). El estudio está proyectado para 52 semanas (un año) y estos son resultados parciales.

Otro grupo de investigación, basado en Estados Unidos, estudió la eficacia de lenacapavir en personas que iniciaban tratamiento antirretroviral. Para ello, se dividió a 182 participantes en cuatro grupos. El primer grupo recibió un esquema antirretroviral ya existente, el segundo grupo recibió tratamiento oral con lenacapavir y un coctel llamado comercialmente Descovy. Los otros dos grupos recibieron lenacapavir oral y Descovy por dos semanas y, después recibieron inyecciones de lenacapavir.

A las 28 semanas, todas las personas del grupo del esquema antirretroviral existente (bictegravir+Descovy) tenían menos de 50 copias/mL, pero 10 personas de todos los grupos de lenacapavir no habían bajado hasta ahí su carga viral. Aun así, esto significa que lenacapavir logró una tasa de supresión viral de 94 por ciento. Al igual que el estudio francés, estos son resultados parciales.

Tratamiento preventivo para mujeres

La profilaxis pre exposición al VIH (o PrEP) es un esquema de tratamiento que previene la infección por VIH. Ha ido cobrando más fuerza como estrategia para proteger a poblaciones en alto riesgo de contraer el virus, como mujeres transgénero, hombres que tienen sexo con otros hombres y personas que no tienen VIH pero cuyas parejas sí lo tienen.

Hasta ahora, la forma más utilizada de PrEP es un tratamiento oral diario. Sin embargo, diversas investigaciones han indagado sobre una forma inyectable o disponible en un anillo intravaginal. Un estudio presentado en la conferencia revisó datos de un ensayo anterior, realizado con PrEP inyectable y llevado a cabo en mujeres de siete países del África Subsahariana. Las mujeres son una población altamente vulnerable a la infección en esa región.

Ya en ese estudio se había mostrado que las mujeres que recibían inyecciones del fármaco cabotegravir cada dos meses tenían 89 por ciento menos riesgo de adquirir el VIH que aquellas que tomaban comprimidos diarios de la combinación tenofovir/emtricitabina. Esta es la mayor eficacia observada hasta ahora en un ensayo de PrEP en mujeres.

La tasa de falla en el grupo que recibía la PrEP con comprimidos, señalaron los investigadores, está más relacionada con la falta de adherencia al tratamiento que con la efectividad de los fármacos, pues éstos han funcionado muy bien en las otras poblaciones. Así, la inyección bimestral parece ser una forma más cómoda y eficiente para las mujeres.

Respecto a las otras opciones, otro estudio realizado también en África revisó la adherencia de mujeres jóvenes (entre 16 y 21 años de edad) a métodos de PrEP como los comprimidos y el anillo vaginal. Para este ensayo, se dividió a 247 participantes en dos grupos: el primero usó el anillo vaginal durante seis meses (cambiando el anillo cada mes) y luego tomando PrEP oral durante seis meses; el otro grupo recibió los mismos métodos, pero los usó en el orden inverso.

Los primeros resultados indicaron que las usuarias del anillo tuvieron mejor adherencia, pues lo tuvieron puesto un mes completo, comparado con sólo 25% de las que lograban tomar 6 comprimidos de PrEP a la semana. Esta cifra se dio en el uso de los comprimidos orales a pesar de que se brindó apoyo para reforzar la adherencia, como recordatorios diarios a través de mensajes de texto, controles semanales por mensaje de texto o por teléfono, asignación de compañeras de adherencia, creación de grupos de apoyo y grupos de consejería sobre adherencia.

 

Un estudio demostró que las mujeres que recibían inyecciones de cabotegravir cada dos meses tenían 89 por ciento menos riesgo de adquirir el VIH que aquellas que tomaban comprimidos diarios de la combinación tenofovir/emtricitabina.

 

VIH y Covid-19

La actual emergencia sanitaria sigue fomentando la investigación sobre el comportamiento del virus SARS-CoV-2 en personas que viven con VIH. Por un lado, un estudio realizado en 16 hospitales de España encontró que tener una carga viral no suprimida, a la vez que tener un conteo de células de defensa CD4 menor a 500 células/mm3 son factores que provocan que las personas con VIH corran mayor riesgo de padecer un caso grave de COVID-19. De igual forma, se encontró que tener otras enfermedades, como hipertensión arterial, enfermedad renal crónica o cáncer, aumentaba en gran medida el riesgo de desarrollar un caso grave, datos que coinciden con otros estudios que se han realizado tanto en población con VIH como en población general.

De 13 mil 142 personas que eran atendidas por VIH en los hospitales del estudio, 749 fueron diagnosticadas con COVID-19. De ellas, 103 tuvieron que ser hospitalizadas, nueve de ellas en terapia intensiva, y 13 de todas las personas hospitalizadas murieron. Un hallazgo relevante fue que el conteo de células de defensa CD4 no influía en el riesgo de padecer un caso grave de COVID-19 mientras que la persona tuviera una carga viral indetectable.

Sin embargo, los números globales sugieren que las personas con VIH corren un mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave. Al menos así lo encontró la OMS, que dio a conocer un estudio donde se consideraron más de 15 mil casos de COVID-19 en personas con VIH. Según sus hallazgos, estas personas son 13 por ciento más propensas a ser hospitalizadas debido al nuevo coronavirus (esto después de tomar en cuenta la edad, el sexo y la presencia de comorbilidades).

Por estos y otros datos, la OMS considera que las personas con el VIH deberían ser una población prioritaria para la vacunación contra el SARS-CoV-2.

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