Síndrome del intestino irritable — letraese letra ese

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Síndrome del intestino irritable


Cuando Itzel tenía carga de trabajo excesiva, comenzaba a sentir náuseas. A pesar de que no hacía cambios en su dieta habitual, su vientre comenzaba a inflamarse y sentía malestar estomacal. Algunas veces la hinchazón abdominal no le permitía terminar sus alimentos y en la noche le era difícil conciliar el sueño. Después de que su gastroenteróloga le realizara un análisis detallado fue diagnosticada con Síndrome del Intestino Irritable (SII).

El SII es un trastorno crónico que involucra todo el tracto intestinal. Suele clasificarse como un trastorno funcional porque altera el funcionamiento de las actividades normales del organismo, como la movilidad intestinal, la sensibilidad de los nervios intestinales o el modo en el que el cerebro controla algunas funciones.

De acuerdo con Miguel Ángel Valdovinos, jefe de la Unidad de Neurogastroenterología y Motilidad del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, los trastornos digestivos están asociados a estrés emocional, intolerancia alimentaria y estilos de vida sedentarios con alimentación inadecuada. En México, 50 millones de personas lo han padecido, y a nivel mundial, entre 10 y 15 por ciento de la población se ve afectada por este padecimiento.

Síntomas y causas

Generalmente, este síndrome empieza entre la adolescencia y los 30 años y los síntomas se repiten en periodos irregulares. Estos incluyen dolor que se alivia con la defecación, cambios en la frecuencia o consistencia de las deposiciones (puede ser estreñimiento o diarrea), mucosidad en las heces y sensación de evacuación incompleta después de la defecación.

También puede presentarse expansión abdominal y desarrollar dolor sordo y constantes, contracciones en la parte baja del abdomen. La presencia de otras señales como hinchazón, gases, náuseas, dolor de cabeza, fatiga, depresión, ansiedad y dificultad para concentrarse también son comunes y aumentan o disminuyen por el nivel de gravedad y cambian con el paso del tiempo.

Las causas que desencadenan esta afección puede ser variables. Los cambios en la motilidad intestinal parecen relacionados con contracciones intestinales anormales, aunque no todas las personas con este trastorno tienen contracciones alteradas, y en muchos casos, si se presentan, no siempre coinciden con los síntomas.

El sistema digestivo de algunas personas con este síndrome es especialmente sensible a muchos estímulos, por lo que sienten malestar por gases intestinales o por contracciones que otras personas no encontrarían preocupantes.

La dieta, el uso de fármacos o de hormonas y el consumo de irritantes (inclusive leves) pueden provocar o empeorar un episodio de SII; asímismo, el consumo de comidas hipercalóricas o dietas que incluyan alto contenido de grasas suelen desencadenar este padecimiento.

Otro factor es la ingesta de trigo, productos lácteos, café, té o cítricos; sin embargo, muchos alimentos contienen los ingredientes antes mencionados y resulta complicado identificar el factor específico que potencia el SII. A esto se suma que no siempre se tienen síntomas después de consumir habitualmente ciertos alimentos, de modo que no es obvio identificar el elemento que precipita la aparición del síndrome. Se suman también factores emocionales como el estrés, ansiedad y la depresión.

Tratamiento

De manera inicial se requiere evitar el consumo de alimentos que potencialicen el SII. Realizar actividad física de forma regular ayuda a mantener un funcionamiento normal del tubo digestivo.

Comer frecuentemente en pequeñas cantidades alimentos de fácil digestión puede evitar los síntomas como hinchazón e incremento de gases. Es necesario que el consumo de alimentos lácteos, fructuosa y edulcorantes sea en pequeñas cantidades.

En caso de estreñimiento, el consumo de fibra y agua natural puede mejorar el paso en el tubo digestivo y para la diarrea existen medicamentos que ayudan a evitarla, además en la actualidad hay alternativas terapéuticas basadas en plantas medicinales que mejoran el dolor abdominal, la llenura, la pesadez e hinchazón del vientre.

Evitar situaciones de estrés que desencadenen episodios de este trastorno es indispensable y en algunos casos se requiere el uso de antidepresivos en dosis bajas y sicoterapia como tratamiento efectivo para manejar los síntomas.

Itzel ha recurrido a terapia que le permita equilibrar la carga de trabajo y ha optado por alternativas terapéuticas naturales que ayuden a disminuir sus síntomas a largo plazo. Sabe que debe evitar el consumo de alimentos de difícil digestión pero es consciente de que su mayor trabajo es el estrés emocional que potencializa sus episodios de SII.

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