LA MADRE TIERRA Y SU SUSTENTO TANGIBLE
EXPERIENCIA Y FRUTOS DEL CONCEJO REGIONAL DE AUTORIDADES AGRARIAS EN DEFENSA DEL TERRITORIO EN LA MONTAÑA DE GUERRERO
En la región de La Montaña de Guerrero, los pueblos y comunidades originarias decidieron emprender un trabajo permanente por preservar y proteger los recursos que nos dan vida a todos (oxígeno y agua) a través de la defensa de sus territorios. Muchos pueblos han entendido y comprendido que la unión hace la fuerza en estas batallas; motivo por el cual decidieron unirse por voluntad e iniciativa propia en un Concejo que tuviera la función de informar sobre las afectaciones del modelo extractivo, y de cuidar el territorio común.
El Concejo Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio (CRAADT) es una organización comunitaria que nace en el segundo Foro Regional de Rechazo al Proyecto de la Reserva de la Biósfera el 20 de octubre de 2012. Está conformado por los presidentes de los comisariados de Bienes Comunales o Ejidales de 18 núcleos agrarios de la Región de la Montaña, como son: Colombia de Guadalupe, Cuatzoquitengo, Huehuetepec, Iliatenco (comunal y ejidal), Malinaltepec, Mixtecapa, Paraje Montero, Páscala del Oro, Pueblo Hidalgo, Renacimiento (Arroyo San Pedro), San José Vista Hermosa (Ejidal y Comunal), San Miguel del Progreso, Sta. Cruz del Rincón, Tenamazapa, Tierra Colorada, Tilapa y Zitlaltepec. En años recientes se han incorporado dos Núcleos Agrarios de los pueblos ñomndaa: Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca. Las autoridades agrarias que dejaron de participar en las últimas convocatorias son las pertenecientes a poblaciones de la región Costa Chica: San Luis Acatlán, Marquelia y Copala. Cabría señalar que las poblaciones costeñas serían las mayores afectadas en caso de implementarse la “minería a cielo abierto” debido a la contaminación de los ríos que descienden de La Montaña; por tal motivo es importante no abandonar el barco de la defensa de nuestra tierra. Ante el proceso de organización y cuidado del territorio cabe hacerse al menos dos preguntas fundamentales: Una, ¿por qué los pueblos y comunidades indígenas, a nivel mundial, cuentan con las zonas con la mayor riqueza de diversidad biológica y cultural? Dos, ¿es un mito decir que los pueblos indígenas conciben al planeta Tierra como su madre dadora de vida?
Una respuesta, de las múltiples existentes, es mencionar que los pueblos originarios poseen la mayor cantidad de riquezas biológicas dentro de sus territorios por su concepción de naturaleza: no destruirla. Por ejemplo, los xàbò mè’phàà no podemos hacer uso de un recurso natural sin el previo permiso de alguna de nuestras deidades. Se tiene que agradecer primero a Ellos (bègò–rayo, batsun–fuego, ñee–temazcal, etc.) antes de consumir un producto cazado, ya preparado el alimento se tiene que ofrendar primero a Batsun (fuego) antes de poder consumirlo. En caso de no haber pedido permiso ni ofrendado se tendrá que hacer una ceremonia de pedimento de disculpas. La relación es tan estrecha que el etnónimo o autoadscripción “mè’phàà” lleva consigo un elemento de la naturaleza, en este caso la tierra roja o tierra color a almagre.
Esta última cuestión, llevar un elemento de la naturaleza (tierra, agua y lluvia) en nuestros nombres es sinónimo de tener la misma cosmovisión respecto al cuidado y defensa de la Tierra en cada uno de los tres pueblos originarios que formamos parte de la CRAADT. Nuestros nombres no fueron impuestos por algún otro grupo dominante; desde tiempos inmemoriales así nos nombramos y es la forma que más nos gusta. Los nombres impuestos: tlapanecos, mixtecos o amuzgos, son expresiones despectivas para nosotros. Por tal motivo, y como parte de un movimiento de reivindicación étnica, decidimos fomentar su uso y promoción, porque en ellos se expresa parte de nuestra cosmovisión que tenemos de la madre Tierra.
Mè’phàà Tierra de color roja o almagre
Xàbò mè’phàà Hombres de la tierra de color roja
Tu’un savi Idioma de la lluvia
Ta savi Hombres de la lluvia
Ñomndaa Idioma del agua (lengua líquida)
Ñanmcue ñomndaa Hombres del idioma del agua
El ciclo de la vida está expresado en nuestros nombres, si tenemos tierra tenemos agua y al haber agua llegarán las lluvias que permitirán el crecimiento de nuestros alimentos: maíz (milpa), quelites, calabazas, frijoles, papa, habas.
Respecto a la segunda pregunta me permito aportar una respuesta desde la cosmovisión que los xàbò mè’phàà tenemos de la Madre Tierra. No podemos ingerir ningún líquido sin antes derramarlo, en forma de cruz, sobre la tierra. La concepción cultural de verla como Madre dadora de vida se expresa a través de nuestro lenguaje. El mundo o planeta es su expresión concreta. La palabra para mundo o planeta tierra es numbaa, ésta se forma a partir de la unión de dos palabras inuu ‘cara de’ y mbaa ‘terreno’, su traducción literal es ‘la cara de la tierra’. Al mundo se le concibe como ente con vida. Y si tiene cara debe tener también cabeza, estómago, espalda. En la ilustración podemos observar las partes del mundo desde la cosmovisión del pueblo mè’phàà.
Como observamos, el concepto Madre–Tierra usado en las luchas y demandas indígenas tiene parte de su sustento tangible en diversas expresiones lingüísticas para cada una de las culturas nativas. Existe una estrecha relación del hombre con el entorno del cual forma parte. La riqueza expresada en cada una de las cosmovisiones de los pueblos originarios permite comprender un poco la preservación ecológica que hay en sus hábitats. Debemos aprender a tener un mejor cuidado del hogar común. Convivir con otros pueblos nos enriquece para construir un mejor planeta, más estable. Debemos reflexionar con nuestros hijos en el uso excesivo de aparatos electrónicos (celulares, tabletas, computadoras, relojes) ya que al haber más consumo existe la innegable necesidad de acabar con más pueblos que poseen bajo sus tierras el material usado para su construcción.