TREINTA AÑOS DE POLÍTICAS ATROCES Y RESISTENCIAS PUNTUALES — ojarasca Ojarasca
Usted está aquí: Inicio / Artículo / TREINTA AÑOS DE POLÍTICAS ATROCES Y RESISTENCIAS PUNTUALES

TREINTA AÑOS DE POLÍTICAS ATROCES Y RESISTENCIAS PUNTUALES

RAMÓN VERA-HERRERA

1. Con el rompimiento de la república soviética socialista y la demolición aparente de los bloques políticos económicos de la guerra fría el mundo se atomizó repentino y afloró la diversidad de miradas e historias propias surgidas de los rincones. Tal rompimiento en el instante planetario de 1989 llamó también a los estafadores y sus operadores, que confabulaban imponerle al mundo sus esquemas de control, devastación y despojo, disfrazados de libre mercado. John Berger dijo entonces: “Con un mercado así llega el riesgo de nuevos y ávidos apetitos por el dinero, con toda la voracidad de la ley de la selva. Pero nada está determinado a fin de cuentas. El alma y el estafador salieron de su escondite al mismo tiempo”.

2. Sufrimos treinta o más años de reformas estructurales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que buscaron torcerle el brazo a los gobiernos para que aceptaran sus reglas económico-político-sociales para así ser merecedores de apoyos internacionales. En realidad son las poblaciones quienes siempre pagaron con álgidas restricciones, confusión y exclusión.

3. Los tratados de libre comercio fueron los candados de esas reformas que, como estableció años más tarde el Tribunal Permanente de los Pueblos en México (2011-2014), son instrumentos de desvío de poder para abrir margen de maniobra a las empresas e impedir que la gente se defienda mediante la ley.

4. Se recrudeció la guerra contra pueblos y comunidades que empezó la Revolución Verde años antes. Se aceleraron tres procesos paralelos: se arrancó a la gente de sus territorios; crecieron las mediaciones de procesos que eran directos y tenían un cauce real (como la relación con la tierra); se erosionaron, desmantelaron o de plano prohibieron las estrategias y cuidados de subsistencia de la gente. Tal precarización obligaría a la gente a alquilar su vida para sobrevivir.

5. Una nueva oleada de acaparamiento de tierras inundó el mundo.

6. Se decretó y se fue legalizando (valga la paradoja) el desmantelamiento jurídico de todo lo que defendía ámbitos y bienes comunes (en particular los bosques, las aguas, las semillas nativas, libres, ancestrales, de confianza).

7. Vino un auge de extractivismo en las regiones: sobre todo petróleo, gas y minería más y más invasiva y dañina.

8. Proliferó el monocultivo y la expansión de cultivos predatorios en grandes extensiones: soya, palma africana, maíz industrial, cultivos que desplazaron la diversidad de las siembras nativas y por ende desplazaron a las poblaciones que se cuidaban mutuamente con estas siembras.

9. La arquitectura de la impunidad del poder siguió tejiendo su amasijo de enredos con normas, leyes, criterios y políticas públicas (controles impuestos para hacer más estrictos e inentendibles los rubros más cotidianos de la vida).

10. Se asomaron las sectas religiosas (algunas con agendas contrainsurgentes) y hoy con AMLO hay permiso expreso para colarse a barrios y comunidades desde lo cotidiano.

11. Los operadores políticos de gobierno, partidos y empresas igual llegaron hasta los rincones más remotos.

12. La guerra por el control del comercio y la disponibilidad de alimentos se entabló desde los tendajones en las esquinas y los puestos callejeros hasta los grandes supermercados y malls.

13. Se anunció la globalización: que el mundo se emparejara lo más posible y nos diera la ilusión de la igualdad.

14. Se promovió la deshabilitación. Que nadie pueda resolver por medios propios lo que más le importa y que tenga que recurrir a expertos que intermedian o a la “superioridad” que vigila, administra y castiga.

15. El crimen organizado se expandió y permeó la vida diaria, se tornó en crimen “autorizado”, cada vez con más relación con empresas “legales” y gobiernos. Hoy estamos ante un Estado cuyas estructuras mismas son criminales y que, embozado, promueve servidumbre por deuda, semi-esclavitud, mediante una desregulación laboral, y una devastación de las condiciones de reproducción de la vida mediante desregulaciones ambientales sin miramientos.

16. La fragmentación comunitaria es parte de esta nueva vuelta del neoliberalismo amlista. Operadores de programas, de asistencialismo, “siervos de la nación”, cárteles, sectas, intermediarios de las empresas, de inmobiliarias, de los partidos, enganchadores, aboneros, paramilitares y mercachifles, cada uno jala a la gente a sus prioridades.

17. El síntoma final es la expulsión rampante de poblaciones que afrontándolo todo tocan a la puerta del supuesto cielo por millares sin resolver la contradicción de que allá les espera un infierno de cárceles privadas donde les hacen trabajar por un dólar al día, o la concentración en campos de migrados sin destino.

18. Y la represión. El encarcelamiento. El asesinato. Ser desaparecidos es estar bien presentes.

19.Pero hace treinta años también cobró presencia el despertar de los pueblos, la reivindicación de la memoria o la identidad, el reconocimiento de la historia común, la dignidad que dijo Ya Basta, como las comunidades zapatistas.

20. Entramos en resistencia al dejarnos de juzgar con los criterios de quienes siempre nos despojaron y nos siguen buscando someter.

21. Ahora, desde todos los rincones buscamos armar los rompecabezas. Asumir la voz propia, las voces propias, un tiempo desde donde la reproducción de la vida sea posible.

22. Asumirnos entonces pueblos originarios, gente de los barrios con nuestra reivindicación de clase, de género, de edad, de procedencia, de emocionalidades diferentes.

23. Entonces comenzamos los diagnósticos propios de las condiciones que pesan sobre nosotros con líneas y guiones generales copiados de cartabones esquemáticos pero no por eso menos opresivos. Tales diagnósticos anunciaron muchos despertares.

24. Buscamos hoy reconstituir nuestras habilidades, nuestra visión, el horizonte que es una orilla que no tiene fin. Y los vínculos para enfrentar lo que sigue, que está aquí, al alcance de la mano, en la punta de la lengua.

25. Detallar los cuidados, la responsabilidad mutua, la reproducción puesta en el centro de la cotidianidad y nuestro empeño de ser comunidad, fortaleciendo autogestión en todos los niveles. Anticapitalistas, se ha dicho.

26. Reivindicar cada una de las luchas ineludibles, inescapables, contra cada disposición, imposición, devastación, persecución, despojo o exterminio. Son éstas las resistencias puntuales, las luchas realmente existentes, inapelables, hasta desideologizadas.

27. Y falta vincular más todas las luchas y la investigación e información alterna, nuestra; un entendimiento en común mediante talleres, asambleas y más organización.

28. Decir NO es comenzar a entender lo inentendible, a que las piezas se ajusten en el rompecabezas, miremos el panorama y el detalle, desajustemos los relojes y asumamos el tiempo del relámpago y la iluminación, la sincronía y los abrazos, y que nada sea inexorable.

29. Es urgente la talacha cotidiana de producir los alimentos propios, zafarnos de las dependencias, no tener que pedirle permiso a nadie para ser, defender y proponer. La soberanía alimentaria es un primer paso real a la autonomía.

30. Y que la autonomía no sea teorización, sino desprendimiento de cada una de las opresiones que nos aquejan. Conciencia de un todo, asumirnos en las complejidades y los metabolismos; que emprendamos acciones puntuales, detalladas, microscópicas en los lugares donde todo ocurre, en las situaciones de conflicto, luchando contra la carretera, la mina, el gasoducto, el monocultivo, los transgénicos, los plaguicidas o la propiedad intelectual; contra todas las violencias y la imposición del miedo. Vivir es la defensa de nuestra vida propia, de nuestra propia orilla y que no tenga fin.

comentarios de blog provistos por Disqus