Hoy los zoques de Oaxaca, los angpøn, los chimas en su conjunto; su ancestral territorio, con su invaluable riqueza natural y su rica cultura pluriétnica se ven amenazados por una rampante y depredadora amenaza: el Corredor Interoceánico.
La contención de migrantes es uno de los propósitos esbozados en los megaproyectos del sureste, pero es difícil encontrar argumentos de interés nacional a semejante propuesta. Pero que en cambio surge simultánea a las presiones ejercidas por Estados Unidos.
La participación de las mujeres indígenas en la defensa de su territorio ha sido decisiva, manifestándose en diferentes ámbitos: la conservación y transmisión de los saberes; el cuidado de la biodiversidad; el mantenimiento y fortalecimiento del tejido social, etcétera.
La forma de convocar y realizar las llamadas “asambleas regionales consultivas” fue una imposición de las autoridades del Poder Ejecutivo federal, en detrimento de las instituciones, normas y procedimientos de los pueblos indígenas asentados en el istmo de Tehuantepec.
La adaptación específica de los huaves al medio de los humedales costeros es considerada dentro de la tradición cultural de los litorales como un referente de importancia mayúscula. Y es que son ellos testimonio vivo de un proceso humano de especialización en la línea costera del Pacífico americano.
El Corredor Interoceánico: un ecocidio irreversible