Un modelo agroforestal para devolver el café a su ecosistema natural — ecologica
Usted está aquí: Inicio / Artículos / Un modelo agroforestal para devolver el café a su ecosistema natural

Un modelo agroforestal para devolver el café a su ecosistema natural

Ana Tejero Aranda

Ésta es una historia sobre la recuperación de un frágil ecosistema natural. ¿Qué hace que un sistema agroforestal sea más resiliente que otro? ¿Cómo pueden las explotaciones agrícolas ser más robustas en el contexto de cambio climático? Una increíble historia de pequeños productores organizados que restauran la tierra en Oaxaca, México.

El café es uno de los productos agroindustriales más importantes en el comercio mundial. México ocupa el 11 lugar dentro de los países exportadores del grano en el mundo.

Su producción primaria desempeña un papel muy importante en la economía nacional debido a que es una fuente de empleo, ingresos y divisas de muchas familias campesinas.

La superficie destinada a la producción de café en México representa el 3.3 por ciento del área total cultivada. Esta cadena productiva incorpora a 511 mil 679 productores y productoras, de los cuales 300 mil producen el café en superficies menores a dos hectáreas.

Cerca del 65 por ciento de estas pequeñas y pequeños cafeticultores pertenece a algún grupo originario.

Su importancia biológica radica en que el cultivo de café se desarrolla en diversos ecosistemas característicos del territorio mexicano que favorecen una condición ideal para su producción. De esta manera, el 40 por ciento de la superficie con cafetales se encuentra en las selvas altas y medianas (zona tropical húmeda), el 23 por ciento en bosques de pino y encino; el 21 por ciento en selvas bajas caducifolias y el 15 por ciento en bosques mesófilos de montaña.

Lo anterior significa que las regiones cafetaleras son de las más ricas en biodiversidad y habitadas por comunidades indígenas.

Adaptado a los sistemas agroforestales autóctonos, el café campesino e indígena se cultiva bajo sombra y acompañado por numerosas especies arbóreas. Se trata de un sistema de producción diversificado que favorece la conectividad biológica y es el hábitat de especies de fauna silvestre de gran importancia.

Estas comunidades, de gran riqueza cultural y con fuertes tradiciones, han construido una conexión estrecha con los bosques locales y los ecosistemas naturales a lo largo de los años.

Cultivados en condiciones naturales en el bosque, los cafetales de sombra son sistemas agroforestales que ayudan a preservar los ecosistemas forestales. Contribuyen, por ejemplo, a la conservación del suelo: las plantaciones de café pueden evitar la erosión gracias a su dosel y a las raíces de los árboles.

De esta manera, capturan y retienen el agua y los nutrientes de los suelos de las laderas. También colaboran en regular la sedimentación de los ríos y a prevenir los desprendimientos e inundaciones que afectan a las tierras más abajo.

Los cafetales también pueden contribuir a luchar contra el cambio climático, ya que secuestran el carbono en sus raíces y en sus troncos.

Desde la Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca (CEPCO) y en alianza con Livelihoods, estamos poniendo en marcha un proyecto de 20 años. Su finalidad: restaurar el frágil ecosistema montañoso cafetalero de Oaxaca, apoyando a más de 3 mil pequeños productores de café orgánico bajo sombra a mejorar sus condiciones de vida.

Esta iniciativa conjunta permitirá restaurar y preservar 6 mil 500 hectáreas de tierra y generar más de 1 millón de tCO2 durante toda la duración del proyecto

En la década del 2010, el brote de la roya del café devastó las parcelas. Llegada desde Centroamérica y extendida por todo el continente, Hemileia vastatrix es una enfermedad que atacó severamente la producción y productividad en Oaxaca.

La mayoría de las parcelas cafetaleras se devastaron por el envejecimiento de los cafetos, la falta de sombra y la escasa fertilidad del suelo al defoliar las plantas.

De hecho, la enfermedad atacó especialmente a los árboles que no estaban en su ecosistema natural y en un suelo no forestal y no húmedo. Como consecuencia directa, Oaxaca perdió más del 50 por ciento de los volúmenes y el 25 por ciento de las superficies de café en pocos años.

Los pequeños propietarios se vieron obligados a reconvertirse a otros cultivos, como el maíz. O a la ganadería extensiva, menos adaptada a las condiciones naturales locales, lo que generó nuevos problemas de erosión del suelo y de conservación del agua.

Con este proyecto buscamos devolver las parcelas de café a sus condiciones naturales para hacerlas más resilientes. En general, el objetivo es aumentar la cantidad de cafetales bajo sombra, restaurar las tierras degradadas, plantar árboles frutales y, así, diversificar los ingresos de los agricultores.

Las actividades del proyecto ayudarán a restaurar esas 6 mil 500 hectáreas de tierra en 20 años. Para lograrlo, se dará financiamiento para la plantación de nuevos cafetos en más de 2 mil hectáreas. Y aumentando la cantidad de árboles de sombra para ayudar los cafetos a crecer en su ecosistema natural e incrementar su productividad.

Además, se promoverán las buenas prácticas y la nutrición del suelo como columna vertebral de la salud de los árboles: cada parcela preparará su propia composta con pulpa de café, residuos vegetales y estiércol de ganado. Todo eso se aplicará en los viveros y las parcelas.

Así mismo se aumentará la densidad de árboles de sombra en 3 mil 300 hectáreas de parcelas de café existentes, centrándose en las parcelas más expuestas al sol.

Se plantarán especies arbóreas adaptadas en función de la altitud de las explotaciones: en las más altas, una mezcla de especies de pino maderero. Mientras que en las más bajas varias especies autóctonas, como robles y cedro, especies mejor adaptadas que ayudarán a recrear la biomasa y a mantener la salud del suelo. Estas especies no se cosecharán durante toda la duración del proyecto para maximizar su impacto.

Se apoyará la diversificación de los sistemas de producción para proporcionar nuevas fuentes de ingresos. Se implementará un sistema de cultivo intercalado que asocia el sistema tradicional mexicano conocido como milpa intercalada, con árboles frutales, MIAF. El resultado: la diversificación económica.

También se promoverán sistemas agroforestales de cacao con grupos de mujeres en las zonas de menor altitud que son aptas para este cultivo.

Uno de los desafíos más grandes de la CEPCO es asegurar los volúmenes de producción demandados por el mercado internacional y con los criterios actuales. Debido al problema nacional de la roya del café, este año se estima un pérdida del 80 por ciento de la producción estatal, lo cual ha impactado en gran medida los volúmenes de producción de la organización. Los campesinos están viviendo la primera gran crisis del cambio climático en la historia.

Otro desafío es generar buenas estrategias para el paso generacional, ya que la mayoría de los socios se encuentra en edad avanzada. Por eso es necesario incorporar a las y los jóvenes haciendo más atractiva la producción de café. Esto lleva a replantearse acciones para mejorar la rentabilidad y la diversificación del sistema de producción en campo.

La gran misión de CEPCO es que las familias cafetaleras puedan vivir mejor, remarcando la importancia de la familia, pues se reconoce que la actividad cafetalera no la realiza solo el productor. Se trata de un trabajo colectivo donde se involucra toda la familia. Teniendo un papel muy importante las mujeres, ancianos y niños.

En un contexto en el que la relación directa entre el cambio climático, la biodiversidad y los medios de vida es indiscutible, he aquí la prueba viviente de que existen soluciones para recuperar ecosistemas más resistentes.

Adaptadas a sus realidades locales, existen muchas más soluciones en todo el mundo, para acoplar la restauración de los recursos naturales con ingresos sostenibles.

Esto implica probar los modelos agroforestales sobre el terreno, centrándose en la experiencia y los conocimientos de los productores y productoras campesinos indígenas organizados. Y a la vez, implicar directamente a aquellos cuyo sustento depende de estos recursos naturales: las comunidades rurales y agrícolas.

Ana Tejero Aranda
CEPCO
Correo-e: tejeroaranda@gmail.com