Los consecuencias de las olas de calor en todos los aspectos de la vida — ecologica
Usted está aquí: Inicio / Artículos / Los consecuencias de las olas de calor en todos los aspectos de la vida

Los consecuencias de las olas de calor en todos los aspectos de la vida

Las olas de calor impactan en varios ámbitos sociales. Las organizaciones internacionales climáticas y de salud coinciden en consecuencias como afectaciones en transportes, que derivan en consecuencias económicas por daños en las cadenas de comercio y en los trabajos operativos.

Sobre ese punto –la economía– el mundo está inmerso en una situación de incertidumbre causada por la invasión de Rusia a Ucrania, y la eventual recesión global, así como la alta inflación en la mayoría de países, causando un impacto negativo en las finanzas personales. En la situación actual, eso ha representado barreras en la accesibilidad de recursos para protegerse del calor, como una alta demanda en servicios básicos de agua o energía eléctrica.

Esto último está ligado al aumento del uso de ventiladores y aire acondicionados, elementos que no todas las personas tienen. Un estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) indica que menos de un tercio de los hogares del mundo tienen aire acondicionado. Si se desglosa la cifra, en países como Estados Unidos y Japón, nueve de cada 10 hogares cuentan con uno, algo que contrasta con el 8 por ciento de las 2 mil 800 millones de personas que viven en las zonas más cálidas del mundo y tienen uno en casa.

La falta de acceso a estos elementos o a usar electricidad en casa trae otra consecuencia: un aumento en la mortalidad. La Organización Mundial de la Salud dijo que las muertes por golpe de calor se pudieron evitar. Los adultos mayores, niños y grupos vulnerables son los más afectados por la desigualdad en los países, y por ende en ser atendidos en los sistemas de salud que también están concentrados en atender una nueva ola de contagios de covid-19.

En esto coincide la profesora Kristie L. Ebi de la Universidad de Washington, en un reciente análisis publicado en Project Syndicate: “Los recursos no deberían ser una barrera. Ya existen sistemas de alerta temprana, también en lugares de bajos recursos como Ahmedabad (India). Más aun, organizaciones como la Red de Información Mundial de Salud sobre el Calor reúnen experiencias y mejores prácticas locales y nacionales. La demanda de orientación adicional está creciendo, a la par de la creciente frecuencia y gravedad de las olas de calor.”

Pero también los efectos se ven en el medio ambiente. A diario, en los últimos dos meses, se han reportado voraces incendios forestales en varios países. Portugal, España, Francia, Eslovenia, Grecia y Estados Unidos han sido los más afectados, como se detalla en otros apartados de este suplemento. Millones de personas han sido evacuados de sus casas y perdido miles de hectáreas de bosques.

A esto se le suma la alerta por las sequías. La Comisión Europea señaló que casi la mitad del territorio de la Unión Europea está “en riesgo” de sufrir por la falta de precipitaciones prolongadas, lo que impactará en la agricultura y en la alimentación de las personas.

“Francia, Rumanía, España, Portugal e Italia probablemente tendrán que hacer frente a una caída de la productividad de los cultivos”, sobre todo de los cereales, generada por el “estrés hídrico y térmico”, explicó el Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés) en su informe de julio. Y alertan que en países como España los embalses están 31 por ciento por debajo de la media de la última década. Lo anterior supone un alto riesgo en la seguridad alimentaria.

Otro punto, no menos importante, tiene que ver con la salud mental. Las investigadoras Laurence Wainwright, de la Universidad de Oxford, y Eileen Neumann, de la de Zurich, explicaron en el portal The Conversation, que hay un aumento de al menos 10 por ciento de las visitas a las salas de urgencias de los hospitales cuando las temperaturas superan el 5 por ciento del promedio.

Además, citan estudios publicados en Nature y la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos que indican que las olas de calor se han relacionado con un aumento de los síntomas depresivos y en los de ansiedad en pacientes con este trastorno. También, una relación entre las altas temperaturas diarias y los picos de humedad relativa con el suicidio y los intentos de suicidios. “Por cada grado de aumento de la temperatura media mensual, las muertes relacionadas con la salud mental aumentan en 2.2 por ciento”, señalan.

Las científicas indican que también se puede ver afectada la capacidad de razonar en personas que no padecen algún trastorno mental: “Las investigaciones demuestran que las áreas del cerebro responsables de enmarcar y resolver tareas cognitivas complejas se ven afectadas por el estrés térmico.

Cuando las personas no piensan con claridad debido al calor, es más probable que se frustren, y esto, a su vez, puede llevar a la agresión”. Y agregan que “hay pruebas sólidas que relacionan el calor extremo con el aumento de los delitos violentos. Incluso, un simple aumento de uno o dos grados Celsius en la temperatura ambiente puede provocar un aumento del 3 al 5 por ciento en las agresiones”.

En fin, cada efecto se convierte en un eslabón de una cadena que perjudica la vida en el mundo y que se agravaría si no se toman acciones concretas. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha señalado que las temperaturas subirán de forma más rápida en las áreas europeas que en otros sitios.

En la zona del Mediterráneo se prevé que haya cambios más fuertes en los próximos años si el calentamiento global supera los 2 °C, lo que implicaría un aumento de las sequías e incendios forestales, disminución de las precipitaciones, las cubiertas de nieve y la velocidad del viento.

“En el futuro, este tipo de olas de calor van a ser normales. Veremos extremos más fuertes. Hemos bombeado tanto dióxido de carbono a la atmósfera que la tendencia negativa continuará durante décadas. No hemos podido reducir nuestras emisiones a nivel mundial”, dijo Bob Stefanski, jefe de Servicios Climáticos Aplicados de la Organización Meteorológica Mundial.

El complejo asunto del cambio climático, que se ha repetido en cientos de conferencias de todos los niveles en este siglo, es una situación que debería tomarse en serio. La responsabilidad es transversal, no solo es una obligación gubernamental. Cada persona puede aportar desde su entorno para mitigar los causantes del daño al planeta. En nuestras manos está retrasar el verdadero apocalipsis.

 

El calor ya dejó casi 2 mil 200 muertos en España solo en julio

El calor asfixiante que España sufrió en julio ha provocado la muerte de al menos 2 mil 214 personas. Nunca antes las altas temperaturas habían dejado un rastro de fallecidos tan duro en un solo mes. El sistema de monitorización de la mortalidad diaria (conocido como MoMo) ha determinado que ese es el número de muertes hasta el día 31.

Desde que existen registros –MoMo se puso en marcha en 2015– nunca se había alcanzado un número de muertes tan elevado en un mes de julio. En julio 2021, el Instituto de Salud Carlos III (del que depende el sistema de seguimiento de la mortalidad diaria) registró 568 muertes por causas directamente atribuibles a las temperaturas. En julio 2020, año de pandemia, el número fue similar: 581. Es decir, cuatro veces menos que las contabilizadas este mes que acaba de concluir.

La mayoría de las muertes atribuidas al calor de julio ha afectado a las personas mayores. El 90 por ciento de los fallecidos superaba los 70 años. Según las mismas estadísticas, ha matado más mujeres que hombres.

Ola de calor inminente

Lejos de apaciguarse, las previsiones meteorológicas hablan de una tercera ola de calor que golpeará al país este agosto. Según las previsiones de la Agencia Española de Meteorología (Aemet), serán, además, los días más calurosos de este año. La media histórica de temperatura en España en los meses de agosto es de 23.9 grados Celsius.

Fernando Mas Paradiso