Acción ciudadana articulada por los ríos y manantiales de Xalapa, Veracruz
Gerardo Alatorre Frenk y Beatriz Torres Beristáin
La región de Xalapa ejemplifica bien el tipo de paradojas que vivimos en nuestro país en términos socio-hídrico-ambientales: en medio de un paisaje siempre verde y en una ciudad con abundantes manantiales y cuerpos de agua, los seres humanos y no humanos viven serios problemas de escasez del líquido.
Llega la sequía, se acentúan los tandeos y con ellos las manifestaciones de descontento y desesperación de la gente; pero prácticamente no hay programas para colectar y almacenar agua de lluvia.
Los ríos que atraviesan la ciudad han sufrido contaminaciones diversas; la ciudad les da la espalda; cuando deja de llover la peste es terrible y, cuando llegan las lluvias, empiezan las inundaciones; en los drenajes se mezclan aguas negras y agua pluvial, lo que imposibilita el adecuado funcionamiento de las plantas de tratamiento. Y la lista de absurdos podría continuar.
Aprendizajes en la activación socioambiental
Los coautores de este artículo hemos venido tejiendo lazos entre nuestra labor universitaria y nuestra participación en organizaciones ciudadanas de corte socioambiental.
El milenio comenzó bien: la ciudadanía movilizada logró impedir un proyecto de libramiento para Xalapa, que hubiera vulnerado innumerables manantiales (2004), y frenar un proyecto de presa hidroeléctrica sobre el río Pescados-La Antigua (2014), movimiento que hoy adquiere la escala de cuenca, con los Pueblos Unidos de la Cuenca La Antigua por Ríos Libres (PUCARL).
La tercera década del siglo inicia con la creación de Guardianxs del Agua, una red donde confluimos personas de todas edades y sectores; en esta ciudad de intensa actividad juvenil y estudiantil se diversifican las iniciativas y confluencias entre colectivos y organizaciones de la sociedad civil, estudiantes, profesores/as y artistas activistas.
Estas movilizaciones cristalizan en una amplia diversidad de líneas de trabajo. Un rasgo clave es la acción organizada que alimenta y es alimentada por la reflexión colectiva.
Así, están desarrollándose procesos de investigación-acción transdisciplinaria y de educación ambiental, no siempre como algo planeado ni enunciado en esos términos. Todxs nos educamos a todxs en y para la acción colectiva, y se produce un efecto de irradiación hacia gente que puede ir interesándose en conocer más y participar mejor.
Tiene lugar en este aprender juntos/as una mezcla de estructuración y de improvisación metodológica; los contenidos y pedagogías tienen sustento teórico y empírico, y a la vez existe una apertura permanente a lo que surge sobre la marcha; sucede algo similar a la improvisación jazzística.
Abundaremos ahora en dos de las líneas de trabajo de Guardianxs del Agua, en las que hemos participado.
Los recorridos por los ríos
En 2022 surgió la iniciativa de realizar caminatas por los cuerpos de agua y de conocer con detalle su historia y situación actual, para fortalecer acciones hacia su restauración. Durante 2023 y 2024 organizamos trece recorridos por los ríos, humedales y manantiales de Xalapa; en cada ocasión participamos unas tres decenas de personas.
En ellos, los y las vecinas de más edad relatan cómo estaban, anteriormente, los cuerpos de agua, y cómo se entrelazaba la vida humana con la del río; el cariño al terruño hídrico heredado de los abuelos y abuelas es la base para activar la acción colectiva.
Caminar junto a los ríos va estrechando las alianzas interactorales, y va nutriendo tanto el diálogo intergeneracional (participan personas de muy diversas edades) como los aprendizajes transdisciplinarios (pues convoca a profesionistas de distintas disciplinas y a personas con mucho conocimiento no necesariamente universitario).
Cada recorrido entreteje lo informativo con lo artístico, y lo espiritual con lo político. Son vivencias terribles (por el deterioro de los ríos), pero al mismo tiempo maravillosas; son manifestaciones callejeras que van construyendo ciencia ciudadana, pues recaban y sistematizan información, preparando posibles acciones jurídicas.
Recuperación del manantial de Los Lagos
Entre los hallazgos de los recorridos estuvieron muchos manantiales, casi siempre ocultos y/o contaminados. Y hubo en 2024 un evento que desencadenó la voluntad por movilizar acciones en torno a uno de ellos: las “Jornadas por los ríos limpios y libres”, que iniciaron con una marcha festiva y combativa, con títeres, música, batucada.
Era marzo y empezaba un estiaje que duró hasta junio; se sentía fuerte la necesidad de tener agua segura y de calidad, lo que dio pie a consignas como “no es sequía... es saqueo”. Había momentos de silencio y pausas intencionales; en una de ellas, al extremo del parque Juárez, una participante acercó un sahumerio y bendijo el agua que se veía y se oía pasar debajo de una atarjea; alguien mencionó que era agua de manantial. Fue una revelación: “no podemos seguir así”.
Las jornadas continuaron en la Casa del Lago de la Universidad Veracruzana, donde también existe, oculto, otro manantial; y en ese momento nació en Guardianxs del Agua el sueño de convertirlo en un bebedero público.
Convocamos a más personas interesadas y se formó la iniciativa “Salvemos al manantial”; hemos dado a conocer la problemática, nos hemos vinculado con el centro cultural Casa del Lago, Global Water Watch México, la compañía titular de teatro de la Universidad Veracruzana (UV), la Facultad de Biología de la UV, Área 51 Foro Teatral y ciudadanxs interesadxs.
Hemos realizado reuniones informativas, arte escénico en las calles, intervenciones comunitarias, elaboración de materiales, pláticas y diálogos abiertos, así como muestreos de calidad y cantidad del agua del manantial durante seis meses. Desgraciadamente, hay contaminación por coliformes.
Seguimos sensibilizando a la comunidad sobre la importancia del manantial y aprendiendo entre todas y todos sobre su historia y características, y sobre cómo nos relacionamos con él, para que un día este manantial llegue a ser un bebedero.
Del aprendizaje colectivo a la incidencia política
La educación ambiental, en el contexto donde nos movemos, no enarbola tal denominación. Ocurre en las prácticas interactorales, transdisciplinarias e intergeneracionales al confluir saberes y voluntades muy diversas.
Nos educamos entre nosotros/as al intentar construir una ciudad más habitable, con justicia social y ambiental, y al buscar fortalecernos en lo político y lo epistémico.
El aprendizaje sucede al tejer redes entre distintas escalas y distintos tipos de acción colectiva, en el intento de transformar el estado de cosas y de ampliar nuestra capacidad comunicativa para diluir las fronteras entre el activismo socioambiental y la inconformidad en las colonias afectadas por la contaminación y las inundaciones.
En este caminar se difumina la frontera entre la acción política y la vivencia espiritual, ya que se entretejen las iniciativas de incidencia con experiencias emocionales, corporales y sensoriales que no siempre pueden comunicarse con palabras.
Acompañar a un río en su cauce o recuperar un manantial invisibilizado y deteriorado son vivencias que tienen sentido en sí mismas, independientemente de su impacto; pero se potencian al eslabonarse con la incidencia política en la escala municipal o estatal.
Desgraciadamente, en términos generales la situación de los cuerpos de agua no mejora. Ha habido (como en la administración 2018-2021) experiencias de ciudadanización de la política hídrica municipal, pero han sido la excepción.
Se perpetúa la desconexión entre el gobierno y los/as activistas dentro y fuera de la academia, y no por falta de disposición de éstos/as para colaborar.
Sanear un manantial, un río o una cuenca implica sumar saberes, fuerzas y recursos financieros. Y requiere compromiso gubernamental. No lo ha habido, y el deterioro continúa: la Comisión Municipal de Agua Potable y Saneamiento de Xalapa (CMAS) continúa contaminando lo que debería descontaminar y no se ven avances hacia la indispensable coordinación entre los municipios que comparten cuencas.
Los fraccionadores siguen esculpiendo la ciudad, mientras en las faldas del Cofre de Perote los seres humanos y no humanos quedan expuestos a la contaminación provocada por los agroquímicos que conlleva el cultivo de papa gestionado como gran negocio.
Nos unen una apuesta y un compromiso por un futuro diferente a este contaminado presente; sabemos qué buscamos; pero estamos conscientes de que no lo lograremos de la noche a la mañana.
Siempre hay un riesgo de caer en la desesperación; por eso mismo es clave dar pasos con resultados tangibles, que mantengan encendida una motivación de largo aliento.
Gerardo Alatorre Frenk y Beatriz Torres Beristáin
Correos-e: galatorre@uv.mx y betorres@uv.mx