APRESURAR EL PASO EN AMÉRICA LATINA
El escenario actual de América Latina y el mundo requiere de mucha reflexión, también de muchas acciones. La reciente Cumbre de la Américas, aunque se le haya calificado como un fracaso de Estados Unidos, no significa que el país del norte nos deje de ver como su patio trasero, nosotros seguimos siendo sus mejores clientes; por eso, aunque los gobiernos intenten distanciarse de él, saben que no lo pueden hacer. Nuestros países, aunque estén gobernados por líderes políticos que vienen de espacios de izquierda o progresistas, dependen política, económica y militarmente del país del norte.
Las elecciones en Colombia, un país como el nuestro, controlado por el conservadurismo, la extrema derecha y el narcotráfico, con una población de aproximadamente 50 millones y una población indígena y negra en situaciones de racismo y discriminación, viviendo bajo el control de grupos armados que los controlan y los persiguen, un Estado al servicio del capitalismo y de las políticas de Estados Unidos, un Estado controlado por el narcotráfico y el paramilitarismo. Con la llegada de Petro al gobierno, así como pueden cambiar muchas cosas, que no será nada fácil, sobre todo por el papel que ha jugado Colombia para la política desestabilizadora de Estados Unidos contra América Latina, la historia política tanto de Petro como de Francia, será igual un dolor de cabeza para la política de la derecha y extrema derecha de Colombia que seguirá viva y que no permitirá que cambien cosas a profundidad.
La actual movilización indígena en Ecuador, que nos vuelve a llenar de esperanzas, porque algo sigue moviéndose en América Latina que podría en algún momento dar un salto mucho más favorable para los pueblos indígenas y negros de ese país, que desde 1990 han estado en movimiento para desmontar el modelo capitalista neoliberal que se fortalece en cada gobierno. Hoy esta resistencia está siendo reprimida por el gobierno derechista y banquero de Lasso, quien es parte responsable de la deblaque económica, política y social de Ecuador. Para suerte del neoliberalismo, ha podido más la articulación del campo y la ciudad, de indígenas y no indígenas, que por cientos llegaron a la ciudad de Quito; falta ver el desenlace, pero conociendo a los movimientos de Ecuador, algo debe pasar, porque para nadie es un secreto que el movimiento indígena, principalmente la Conaie y el partido Pachakutik, mantienen un nivel de división que fortaleció a este gobierno.
En este escenario, no debemos olvidar el papel que juega Estados Unidos. Aunque ha sido tolerante con algunos gobiernos progresistas, pero mientras éstos sigan sus cánones democráticos o que no se les toque sus intereses, si no, aplican el argumento de que están poniendo en peligro su seguridad. Como lo afirmaba en 1889 José Martí: “jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que los Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles, y determinados a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder, ligadas por el comercio libre y útil con los pueblos europeos, para ajustar una liga contra Europa y cerrar tratos con el resto del mundo. De la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia”.1
Guatemala, como país: pobreza, alto costo de la canasta básica, desempleo, subempleo, bajos salarios, problemas de salud y educación, migración, alcoholismo, drogadicción. La corrupción, la impunidad, el narcotráfico. Partidos políticos tipo empresa. Grupos progresistas y de izquierda entre el odio y el amor. Movimientos sociales divididos en sus agendas e idearios políticos. La cleptocracia ha cooptado lo último que quedaba de decencia, como la Universidad de San Carlos de Guatemala, única universidad pública del país. Muchas situaciones que tendrían que llevarnos a la unidad o articulación (como quiera llamársele) para derrotar en las próximas elecciones no parecen suficientes. Pensar en una refundación en estas condiciones va para más tiempo. Con Martí, podemos decir: “los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se los puede evitar. Lo primero en política, es aclarar y prever”.
Condenamos el cruel y vil asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, México, comprometidos con la causa del Pueblo Rarámuri.
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Notas
1. José Martí, “Congreso Internacional de Washington, su Historia, sus Elementos y sus Tendencias”, La Época de Santiago, 1 de enero de 1890.