UN EXPLOSIVO CICLO DE REBELIONES
Un explosivo ciclo de rebeliones en el Atlántico abarcó la década de 1730 y afectó a las colonias británicas, francesas, españolas, neerlandesas y danesas del Caribe, y a toda América, desde las Bermudas hasta Nueva Orleans, y de la Guyana a Nueva York.
Entre 1730 y 1742, trabajadores no libres organizaron más de ochenta conspiraciones, insurrecciones y fugas masivas, seis o siete veces más que en los doce años anteriores o posteriores. En la isla danesa de Saint John, rebeldes africanos se apoderaron de la principal fortaleza y depósito de armas del lugar, el Fuerte Christianvaern, durante siete meses en 1733. En Savannah, Georgia, en 1736, trabajadores no remunerados irlandeses tramaron la “Conspiración del Cordel Tojo”, para quemar la ciudad y escapar a territorio indio. Rebeldes del Congo y Angola se abrieron paso desde Charleston, Carolina del Sur, hacia la Florida española durante la Rebelión de Stono en 1739. A lo largo de la década de 1730, las guerras de los cimarrones en Jamaica y Surinam enardecieron el panorama colonial y dieron esperanzas a rebeldes de todas partes.