EMILIANO Y LAS ARAÑAS
I
Emiliano se despabiló. Se estiró de mala gana, y sintió la necesidad de reacomodar sus huesos entumidos. Tenía un sabor amargo en la boca y sus ojos le rechinaban de secos. Había tenido un mal dormir. Necesitaba café. Se había despertado constantemente durante la noche, porque mientras dormía, lo perseguía una pesadilla en la que una araña se le quería meter por uno de sus oídos, y otra por el agujero izquierdo de la nariz. Despertaba sudando y manoteándose los hombros como si tratara de sacudirse algún bicho andándole por el cuerpo. Después de batallar consigo mismo prendía la luz y trataba de tranquilizarse. En su vida, no había temido a los insectos o animales con quienes había coexistido durante años. Menos a los arácnidos.
I I
Se había dado cuenta que en los últimos días se había puesto muy sensible. Sentía miedos repentinos que le causaban escalofríos. Pensaba de más. Se quedaba hundido en pensamientos abstractos y había días en los cuales no quería hablar con nadie. Desde que conoció a Candelaria, había vuelto a sentir presentimientos extraños, a escuchar lo que otros no, y se había vuelto más quebradizo. Miraba lo que pasaba a su alrededor con más detenimiento y trataba de encontrarle una razón a cada acto o a cada cosa de acuerdo al lugar en el que ocurrían y al espacio que ocupaban. Ponía mucha atención y percibía lo que otros no. Tenía visiones, en las que también veía a Candelaria. Con su pelo negro y largo. Con esa sonrisa enorme que le enmarcaba el rostro, clavándole los ojos color de obsidiana. Sentía que se le sacudía todo el cuerpo.
Margarita lo conocía tan bien, que se atrevía a reírse de él cuando lo miraba ido. Le comentaba:
–La Candelaria es bruja. Así de chula, de caderona, y ojona como es, te está enloqueciendo. A mí se me hace que te tiene bien amarrado. A lo mejor y hasta ha de tener una foto tuya envuelta en esos pelos tan negros que se carga, bien guardados en el fondo de un baúl, con alcanfor y una cinta morada. Te está embrujando.
__________
LAMBERTO ROQUE HERNÁNDEZ es originario de San Martín Tilcajete, Oaxaca. Reside en Oakland, California, donde es maestro, pinta, escribe y promueve las culturas comunitarias.