RECIBIRÉ DE NUEVO EL SOL / 309
Recibiré de nuevo el sol
recibiré el torrente que alguna vez fluyó en mí
las nubes que eran mis pensamientos desplegados
el doloroso crecimiento de los álamos en la arboleda,
acompañantes míos en las estaciones airosas.
Recibiré la bandada de cuervos
que me regalaban el perfume nocturno de los huertos
y a mi madre que vivía en el espejo como imagen de
mi vejez porvenir.
Una vez más recibiré a la tierra
quien, en su lujuria de recrearme, hincha
su vientre ardiente con verdes semillas.
Vendré. Vendré. Llegaré.
Mi cabello arrastra aromas del profundo suelo.
Mis ojos intiman con la densidad de lo oscuro.
Vendré con un ramo de flores recogido
de los matorrales al otro lado del muro.
Vendré. Vendré. Llegaré.
El camino al portal resplandecerá de amor
y de nuevo recibiré a quienes, enamorados, reciben
a la muchacha parada en el fulgor de la entrada.
Traducción y nota: Ramón Vera-Herrera
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Llego a Forough Farrokhzad (29 de diciembre de 1934-13 de febrero de 1967) a través de las publicaciones de Antonieta Anzola en su perfil de Facebook, a quien le agradezco compartirla. Me sorprenden sus vínculos secretos con Alejandra Pizarnik o con Clarice Lispector.
En el poema traducido, puse recibiré, pues es más cercano que sólo saludar, pero todos los “recibiré” pueden leerse como “saludaré”. Éste puede ser nuestro recibimiento o nuestro saludo a este nuevo año.
Forough es conocida como la poeta rebelde de Irán. En su sitio electrónico, se nos muestra cómo puede protestarse mediante “la revelación”. “Revelando el mundo más interno de las mujeres, considerado tabú hasta entonces [y todavía], sus más íntimos secretos y deseos, sus penas, anhelos y aspiraciones y por momentos su articulación como silencios”. Las expresiones de “Forugh” (como le decía la gente con cariño), de intimidad física y emocional, que mucho faltaba en la poesía de las mujeres persas en ese punto, la pusieron en el centro de la controversia, incluso de la intelectualidad de aquel tiempo. Se le sometió al chismerío de los tabloides que la retrataron como una mujer de moralidad suelta. El 13 de febrero de 1967 murió en un accidente de automóvil. (Ver su página http:// farrokhzadpoems.com/).
Según la investigadora Farzaneh Milani: “Lo que separa a Forough de sus predecesoras e incluso de muchas escritoras contemporáneas es poder volcar las experiencias cotidianas sin ninguna intención de guiar o educar o conducir… su poesía es un retrato preciso del dolor y el placer de toda una generación que atravesaba por cambios radicales…”.
De acuerdo con la información de Poetry Foundation, Forough Farrokhzad fue poeta, guionista, pintora y cineasta. Nació en Mandazaran, al norte de Teherán, en el seno de una familia numerosa. escribió y leyó mucho siendo niña, antes de salirse de la escuela. Se casó temprano y trabajó como costurera mientras escribía su primera colección de poemas La cautiva (1955). Después de su divorcio se mudó a Teherán. Publicó tres colecciones de poesía en los ocho años siguientes: El muro (1956), Rebelión (1958), y Otro nacimiento (1964). Tradujo la obra de George Bernard Shaw y Henry Miller y realizó un documental que fue un parteaguas: La casa es negra (1962), acerca de un leprosario en el nordeste de Irán [https://www.poetryfoundation.org/poets/forough-farrokhzad].
Para el blog La casa dorada de los pájaros: “Es el único caso en el mundo, en que una primera película de un país sobre un asunto así la dirige una mujer (con todas las consideraciones que se merece, entendiendo el rol que se le asigna a una mujer en una sociedad como la iraní). Sería éste el inicio de una tradición cinematográfica que une humanidad y poesía, y que ejerce influencia sobre buena parte de una generación de directores como Samira Makhmalbaf, su padre Mohsen Makhmalbaf, Abbas Kiarostami y Majid Majidi” [http://casadorada-say.blogspot.com/2010_04_01_archive.html].
Tras su muerte, apareció una colección de sus poemas: Creamos en el principio de la estación fría. Rhian Sasseen nos brinda también una mirada aguda sobre la vida e impacto de su obra en un breve ensayo, “Controlled Burn”, donde habla de su vida, su obra, su transgresión erótica en una sociedad que castiga a las mujeres por existir, pero que las utiliza sin miramientos para todo tipo de pulsiones. La imagen del fuego, de arder, el fulgor de la pasión, la incandescencia del deseo, aparecen en el vértigo de su vida.
“Uno de sus editores la recuerda como una muchacha con el cabello enmarañado, las manos manchadas de tinta y una hoja de papel doblado y apretado entre los dedos”. Aunque la misma Rhian Sasseen ha señalado los paralelismos que la prensa occidental tiene entre ella y su contemporánea Sylvia Plath, para Sasseen, desde principios de los sesenta sus poemas “manifestaban una nueva conciencia política, conforme la situación en Irán empeoró” tras el golpe de Estado que Mohammad Reza Pavleva le asestara al gobierno de Muhammad Mossadegh, con el beneplácito de Estados Unidos y Gran Bretaña. Cuando comenzó el levantamiento contra el sha, Forough escribió el poema “Rosa” donde decía: “Una rosa roja crece / una rosa roja / roja / como una bandera / en un levantamiento” [https://www.poetryfoundation.org/articles/157754/controlled-burn].