GENOCIDIO Y REGRESIÓN MILITAR EN GUATEMALA
Guatemala no deja de dar sorpresas y los grupos criminales (CIACS, Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad) tampoco. Cada día que pasa,controlan mucho más a las instituciones del Estado. El ejército como parte de las CIACS, no sólo como Fundaterror, Avemilgua, Grupo Pro Patria, Guatemala Inmortal, se fortalece, interviniendo no sólo en asuntos electorales, sino también queriendo controlar los bienes naturales de los pueblos indígenas.
Parece que lo que sigue prevaleciendo es el pacto entre el ejército y el partido revolucionario de 1966 y de esa cuenta “la somatada de mesa que hizo Zury Ríos, la hija del genocida Ríos Montt, al empresariado en el momento de la sentencia a 80 años de cárcel por los delitos de genocidio, al decirle que si no se revertía la sentencia contra su papá, que iba a declarar sobre quiénes financiaron la guerra”, está teniendo efectos muy serios en la vida política y económica del país.
El pacto de 19961y las nuevas negociaciones entre militares, narcos, empresarios corruptos, políticos corruptos, religiosos corruptos, a quienes muchos conocen como el pacto de corruptos y que a mi manera de ver son grupos criminales, que nacen al calor de la guerra fría, con la contrarrevolución de 1944 y se fortalecen con la privatización y el extractivismo, está dando sus frutos ahora, para que sigan mamando la leche de la misma vaca (Estado) y domesticar a través del miedo, el terror, el clientelismo, a la población guatemalteca, direccionando y controlando lo que aún llamamos la “democracia guatemalteca”.
Cada vez más, se cae el compromiso del Estado con la justicia transicional, que tiene como objetivo devolver la dignidad a las “víctimas del genocidio”, buscando justicia persiguiendo e investigando los delitos relacionados al genocidio (1960-1996) y llevar a juicio a quienes fueran responsables intelectuales y materiales, como los casos: Genocidio Ixil, Diario Militar, Caso Molina Theissen, Caso CREOMPAZ, Caso Sepur Zarco, Caso Mujeres Achi’, Caso Río Negro y faltan muchos casos que no ha conocido el Sistema de Justicia de Guatemala.
Que estos casos fueran conocidos por la justicia del país no es un regalo, es producto de un proceso; primero, lograr que los familiares de las víctimas salgan del miedo provocado por la represión y luego, que algunos jueces y fiscales asuman con valentía terminar con el ciclo de impunidad que corrompe la justicia guatemalteca desde hace muchos años. Para la derecha guatemalteca, los genocidas y sus familiares, era una acción de venganza; para los familiares de las víctimas de uno de los genocidios que afrontamos como guatemaltecos no tiene como objetivo la venganza, sino el juicio y castigo a los responsables, para que “Nunca Más” vuelva a suceder. Lamentablemente, este “Nunca Más”, si no despertamos de estos años de letargo, estaremos a las puertas de volver a repetirlo.
Nada que pasa en nuestro país es un hecho aislado. La participación de Zury Ríos como candidata a la presidencia es la imagen más genuina de la alianza militar y el criollismo guatemalteco para seguir con un país como el que tenemos ahora, sin Estado de derecho, sin justicia, sin derechos mínimos para los habitantes de este país y entonces, sin democracia. La participación política de militares en diferentes partidos políticos es una muestra clara de que el ejército sigue manteniendo el control de sus espacios arrebatados a la clase empresarial durante la guerra y con base en chantaje, coacción, extorsión. La participación política de hijos e hijas de ex patrulleros de autodefensa civil, de ex comisionados militares, algunos de ellos como militares de carrera (coroneles, mayores). La propuesta del ejército sobre la “conservación del ambiente y protección de los recursos naturales”, denominado “Libro Verde de la Defensa Nacional”, con un kaibil en la portada, nos confirma la participación del ejército, no en la defensa de los bienes del país, sino en la repartición de esos bienes, conjuntamente con el narcotráfico, finqueros, empresas extractivas y otros,2como lo fue durante la guerra fría.
Por si fuera poco, el 6 de marzo de este año, la Corte de Constitucionalidad (CC) emite una resolución 3ordenando a la Sala Primera de la Corte de Apelaciones para que se le beneficie con medidas sustitutivas a los militares que ya habían sido condenados en Primera Instancia por los delitos de desaparición forzada, violación sexual con agravación de la pena y delitos contra los deberes de la humanidad en el Caso Molina Theissen y resuelve que, en un plazo de 5 días, la Sala de Apelaciones debe dictar esa nueva resolución.
Como lo denuncian organizaciones de derechos humanos e instancias internacionales de derechos humanos, con la resolución de la CC “no sólo dan un mensaje nefasto a los jueces y magistrados, que intentan actuar apegado a derecho, sino que atenta contra el derecho de las víctimas de la justicia”.4Es más, el actuar de la Corte de Constitucionalidad, hasta ahora, deja un mensaje claro, que no está a favor de los pobres, humildes y victimas del conflicto armado y del país, sino de los grupos de poder que, durante años, han utilizado el Estado a su beneficio.
Mientras tanto, un escenario electoral con situaciones oscuras, un Tribunal Supremo Electoral (TSE) actuando a favor de los grupos criminales del país, inscribiendo candidatos de dudosa reputación e incluso muchos de ellos acusados de varios delitos y con juicios abiertos por diferentes delitos graves. Y no inscriben a candidatos que su única intención ha sido aportar para que Guatemala al final sea un país igualitario.
En este escenario electoral de por sí maneado, es oportuno llamar a construir poder popular, desde abajo y a la izquierda. Fortalecer las resistencias territoriales, construyendo procesos autonómicos de hecho. Cerrar filas ante el grueso número de partidos de derecha y de extrema derecha. Fortalecer la organización comunitaria y territorial ante las pretensiones del ejército de tomar acciones sobre nuestros bienes territoriales, violando el derecho a la consulta a los pueblos indígenas. Y que todos digamos: ¡No Nos Callarán! ¡Rendirnos Jamás! 5
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NOTAS:
1. Gabriel Aguilera Peralta y Jorge Romero Imery, et al, Dialéctica del Terror en Guatemala, Editorial Universitaria Centroamericana, USAC, Guatemala, 1981.
2. Ministerio de la Defensa de Guatemala, Libro Verde de la Defensa Nacional, PDF. 3. Corte de Constitucionalidad, expediente 1198-2022, PDF.
4. Comunicado Público, por las “Resoluciones a la Medida: Una Corte de Constitucionalidad que pretende otorgar amnistías de hecho”, CALDH, ECAP, SEDEM, UDEFEGUA; 7 de marzo de 2023.
5. (102) Canción de protesta / Que se rinda tu madre - YouTube