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“NO HAY FUTURO SIN LOS PUEBLOS” / 314

GLORIA MUÑOZ RAMÍREZ

CRÓNICA DE UN ENCUENTRO DE RESISTENCIAS

Creel, Chihuahua

La permanencia de las asambleas y diálogos comunitarios; la autogestión; la transmisión del conocimiento y de las luchas de generación en generación; las distancias de las ciudades para aislarse y conservar su cultura; las prácticas de aprovechamiento del territorio; el cuidado de los que da vida; el tejido de redes; el silencio como resistencia; la lengua; la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria; los usos normativos; los cargos comunitarios, son algunas de las fortalezas de los pueblos originarios de México que, a su vez, enfrentan la embestida del crimen organizado; la división que provocan los programas de gobierno; los intereses económicos de las empresas y de los partidos políticos; el despojo del territorio; políticas de etnocidio; violencia contra las mujeres; la pérdida de la lengua y memoria histórica; la segmentación de los territorios; los asesinatos de sus defensores y el desplazamiento forzado, coincidieron pueblos indígenas, colectivos y organizaciones reunidas en la sierra rarámuri para compartir experiencias y desafíos.

Convocadas por el Fondo Christensen, representantes de pueblos indígenas, organizaciones y medios comunitarios de Puebla, Oaxaca, Jalisco, Chihuahua, Campeche y Yucatán, reivindicaron la defensa de sus territorios mediante la protección del bosque y de sus plantas; el no consumir más de lo necesario; las acciones contra incendios forestales; la continuación de sus fiestas; la conservación de su alimentación; sus danzas y su vida espiritual; además del fortalecimiento o creación de sus propios medios de comunicación y, de manera paralela, la defensa legal por la recuperación del territorio.

No es el mejor momento para los pueblos originarios del norte, centro y sur del país, coincidieron los participantes, quienes refirieron las afectaciones provocadas por la militarización del país y la pérdida de autonomía por los recursos que reparte a discreción el gobierno federal. Añadieron en un ambiente de respeto, disensos, cuestionamientos constructivos y búsqueda de soluciones, las maneras en que los afectan los presupuestos directos del gobierno, que en los hechos reemplazan la idea y práctica de la autodeterminación de los pueblos.

Una preocupación generalizada, esbozaron en mesas de trabajo, es la falta de formación de los y las jóvenes indígenas, quienes están migrando de sus territorios por precariedad o desplazamiento forzado derivado de las amenazas del crimen organizado. Muchos de los que se quedan en sus comunidades, lamentaron, son reclutados por alguno de los grupos del narcotráfico. La triada gobierno-empresas-crimen organizado, advirtieron, afecta a los pueblos de manera alarmante, y refirieron que los gobiernos de los estados “cada vez son más represores, pues hay una reorganización geopolítica para el saqueo de la riqueza territorial en conjugación con las empresas”.

De manera general, señalaron, “actualmente se desdibujan enemigos y aliados con la narrativa de la 4T”. Y a este panorama sumaron los problemas de salud derivados de la agroindustria; la crisis energética; la extracción de minerales; la desaparición de personas, activistas y periodistas; el impacto del cambio climático en la producción de alimentos; la amenaza a la existencia de organizaciones comunitarias y sociales; el asesinato de defensores del territorio; la criminalización de comunidades por parte de empresas y gobierno; el aumento de la drogadicción en la juventud; y el desplazamiento interno por ataques armados.

Ante el desalentador panorama, qué sigue, se preguntaron. Y aquí las respuestas se vincularon a procesos concretos de construcción de alternativas alimentarias, educativas, de salud y medios de comunicación, al tiempo que continúan diversas batallas legales por la recuperación de territorios, sin dejar de lado la protesta social.

Coincidieron en la necesidad de fortalecer las capacidades para su defensa; en obtener pruebas contundentes de las denuncias que realizan (todo un aprendizaje al que han sido obligados en el camino); en tejer alianzas para visibilizar las problemáticas de forma estratégica con científicos, académicos y organizaciones civiles. Reivindicar el régimen comunal para la toma de decisiones, y no dejar de lado la espiritualidad y su propia cosmovisión, fueron otros de los planteamientos. En algunos casos aquí radica su fuerza, en otros es un desafío.

¿Cómo imaginamos la libre determinación de los pueblos en cinco años?, se preguntaron. Y las respuestas vinieron de abajo, de la organización colectiva y el fortalecimiento de su identidad. Se ven, y trabajan para ello, con sus referentes identitarios y culturales, con la sostenibilidad a través de escuelas con otros enfoques, con el uso de otros espacios para unir a las personas de los pueblos (como los torneos deportivos y los bailes), donde se puede compartir la defensa territorial.

Los pueblos reunidos en Creel imaginan también una autonomía económica para no depender de programas gubernamentales. Y se ven fortalecidos como sujetos sociales que crean soluciones, pues, dijeron, “mientras el modelo económico no cambie, los problemas no van a cambiar, independientemente del partido en el poder”.

“Si lo puedes soñar, lo puedes crear. Somos resultado de procesos y organizaciones en los territorios. Son procesos de muchos años que a lo mejor no veremos terminar, pero seguimos en nuestro rol”, dijeron, y añadieron que “es esperanzador ver cómo, a pesar de los problemas, hay jóvenes que empiezan a cuestionar y hay una reconexión con sus identidades”.

Una constante en el encuentro fue la importancia de la participación de las mujeres indígenas en todos los procesos, pues son ellas las que están colocando la vida en el centro. Los pueblos, insistieron, “hemos resistido de manera constante”, y se mantiene el conocimiento ancestral, la sabiduría, el trabajo colectivo, las lenguas y los procesos de sanación, entre otras fortalezas.

“Permitirnos soñar que estamos juntos. No hay futuro sin los pueblos. Y, ante la crisis, buscamos alternativas”, son frases que resonaron en un conversatorio lleno de sueños y desafíos.

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