CANCIONES DEL VIENTO / 316 — ojarasca Ojarasca
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CANCIONES DEL VIENTO / 316

MARTÍN MAKÁWI (RARÁMURI)

La Tierra despierta al mundo con Eká kusúala / Canciones del viento (2012) de Martín Makáwi (Guachochi, Chih., 1972) y con el sonido de los tambores que se escuchan por toda la Sierra Tarahumara y vibran en el corazón de los hombres, los animales y las plantas. En esta breve selección de poemas se reúnen cantos que aluden al amor filial y su vínculo a la Tierra, a la herencia ancestral y su cuidado, al amor a la Naturaleza, donde una de las imágenes más potentes es Okó wiká nawáme/ El Árbol de Muchas Raíces. Además de otros elementos como eeká/viento, de gran simbolismo para la cosmovisión tarahumara que sostiene que el viento es el espíritu [alewaá] de algo o de alguien. También está yúmali/yúmare, vocablo que refiere a la danza de la lluvia, uno de los rituales antiquísimos generadores de los cantos más bellos y de la espiritualidad indígena. La sensibilidad del poeta para volverse uno en armónica relación con la naturaleza se encuentra en el poema “Iwiká / El espíritu”.

La poesía en lenguas indígenas está marcada por dos tendencias: la preocupación por sus propias formas y la musicalidad de sus versos en ambas lenguas. En la lengua de origen y en español. Entre estos polos conviven la oralidad y lo innovador. Es innegable que los cantos poéticos de Martín Makáwi poseen una profundidad a pesar de estar escritos con suma sencillez, característica distintiva con la que ha logrado construir su oficio como poeta: “Conocí después cantos que no requieren de instrumentos, cantos hechos tan sólo de palabras. Palabras que tocan solas, como hojas caídas de los árboles en el monte” (“Antes que nada unas pocas palabras”, en Eká kusúala). Ese conocimiento de los colores de la Tierra, del vuelo de las aves y sus cantos, logra recrearlos con imágenes precisas que nos llenan de asombro.

Desde la alta tarahuamara, Makáwi recorre con el viento los parajes de la sierra. Se detiene para cuestionarse y nos interpela con sus versos: “Qué voy a hacer / cuando se caiga este árbol / que nació hace tanto tiempo / en la tierra donde habitamos”.

Ante la devastadora destrucción de la Tierra, sus montes, sus bosques, sus ríos, sus lagos, es decir, los elementos naturales que conforman su cosmogonía y sus saberes; su poesía reacciona contra esta crisis ecológica con un mensaje ético y de responsabilidad comunitaria, porque hay que reconocer el camino de la sabiduría ancestral de su pueblo. Porque nos corresponde a todos la defensa de la naturaleza, de los diversos territorios y sus idiomas.

“Né ga’lá bela tibúpo / mápu ketási wakichéma ‘echi okó / mápu legá népi ga’lá natéame / katawéame a’lí nawéame ju” (“Cuidémoslo muy bien / para que no se seque este árbol / porque mucho es lo que valen / sus ramas y sus raíces”).

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PRESENTACIÓN DE SUSANA BAUTISTA CRUZ. Rioyos Buenavista, San Felipe del Progreso, 2022


TÁA CHULUKÍ NALEPÁALA

Né ga’lá semáti aní
jípe be’á tá chulukí
«Kwíla bá si’néami kó
mapu ikí sébali
jéna semáti wichimóba».
Nóli bé jalé kó
ké tási belá natéami nilá
mapu a’lí ta nalépua chulukí jíti.
Échi kó ‘á belá bichíwali chulugí jú
mapu nimí nalépi
nóli bé ayéna chó natéami jú
mapulegá kému retémali!

SALUDOS DEL AVE

Qué hermoso nos habla
el pájaro esta mañana:
«Buenos días a todos
los que estamos aquí
en este hermoso mundo».
Y sin embargo hay gente,
que no le da valor
a lo que canta un pájaro.
No es más que un pájaro, es cierto
el que te está cantando
¡y sin embargo vale
lo mismo que tu hermano!

BA’WÍ A’LÍ RO’CHÍ WIKALÁALA

Ro’chí kó ayéna chó awí
yúmalí, yúmali, yúmali
mapulegá ukuméa.
Rehpá wa’lú retélale
asagá ne retewá
échi ba’wéchi awiwáame.
Láaname ro’chí, siyóname ro’chí:
yúmali, yúmali, yúmali
rokóachi ba’wéchi awí.

CANCIÓN DEL AGUA Y LOS PECES

Los peces también bailan
yúmare, yúmare, yúmare*
para que pueda llover.
Desde lo alto de una roca
sentado yo estoy mirando
esas danzas en el agua.
El pez dorado, el pez verde:
yúmare, yúmare, yúmare
bailan en lo hondo del agua.
* Nombre de la danza tarahumara que se ofrece para llamar la lluvia.

RAMPÓLI ANÉACHI

Mápu rampóli ané je’na wichimoba
népi iwéame kebári sikóchi, resochí, a’lí bakóchi,
namúti mápu kawichí eperé
népi busuré kaníla kipúu rampóli kebáala.
Ralámuli sinibí be’á mápu a’lii busulé
ga’lá kaníliga naplépa kéti Onó a’lí keti Eyé;
rampóli anéala kiti ta narépi panina e’peréame
jáwame a’lii ‘éename pé abóni semelíala neláa.
Ralámuli wichí anéala kiti busurébi E’wénuala
ralámuli wichí anéala kíti busulébi we’é
mapuliká reyáwi chotáma a’wiyá
mapuliká suunú chotáma a’wiyá.
Busulé, busulé, kéni eyé We’é!
Má wi’libé mu kochíli romó;
Busulé, busulé, kéni eyé We’é!
má ochébi suunú a’lí jalé chó reyawi.

 

TIEMPO DE LOS TAMBORES*

Cuando resuenan los tambores en este mundo
retumban poderosamente en las cuevas y las barrancas;
los animales y plantas que viven en el monte
despiertan alegres al escuchar el eco.
El tarahumar todas las mañanas cuando despierta
contento saluda a su Padre y a su Madre;
sonando el tambor saluda a los que viven arriba
y los árboles y los animales saludan con su propia música.
El tarahumar con el sonido de la piel despierta a sus Padres
el tarahumar con el sonido de la piel despierta a la tierra
para que comience a nacer la hierba
para que comience a nacer el maíz.
¡Despierta, despierta, madre Tierra!
Largamente has dormido todo el invierno;
¡Despierta, despierta, madre Tierra!
Ya haz nacer al maíz y a las demás plantas.

* Me refiero a la temporada en la que los tarahumares despertamos a la tierra con el sonido de los tambores de cuero. Desde febrero hasta abril, por toda la Sierra Tarahumara se escucha el sonido de los tambores que despiertan al mundo.

 

TOWÍ NAWÉSAME

Enátiga Rolólisi kiti
alí tá towí Relawi
Mojé ta towí ko nima ru
mápu rega mo nimíma ko
je’ná kéti kawíwalachi ru
mápu go’ná ta eperé ko.
Ketási nakiibo, mápu suwibáma
échi namúti ko
mápu ikí nerú kéti kawíwalachi.
Mojé ta towí ko nima ru
mápu rega mo nawesáma
o’mána wichimobachi ru
mápu go’ná ta eperé.
Ketási nakiibo, mápu suwibáma
échi namúti ko
mápu ikí nerú je’ná kéti kawíwalachi.
Nejé kó nimí semélima
rosákame bantéeli
mapu Cho’malí nijíle
ki’yá rawé.

 

EL NIÑO MENSAJERO

Pensando en Dolores Batista
y en mi hijo Reláwi
Tú, niño, habrás de ser
nuestro gran defensor
aquí en la Sierra Tarahumara
en donde nosotros vivimos.
No dejemos que desaparezcan
todas las cosas que existen
en nuestras montañas.
Tú, niño, habrás de ser
nuestro gran vocero
en este mundo
en el que vivimos los tarahumares.
No dejemos que desaparezcan
todas las cosas que existen
en nuestras montañas.
Ahora yo te cedo
esta bandera blanca
que el Venado nos diera
en los tiempos antiguos.

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Martín Makáwi, autor rarámuri (Ipó, Basíware, Guachochi, Chihuahua, 1972). Poemas seleccionados por Yaxkin Melchy para la antología Semillas de nuestra tierra: muestra ecopoética mexicana, editada por Mónica Nepote y Yaxkin Melchy (Cactus del Viento, 2023). Ver Ojarasca 315: https://ojarasca.jornada.com.mx/2023/07/08/la-semilla-y-la-palabra-4654.html

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