IXIMULEW: REBELIÓN DE LOS PUEBLOS EN GUATEMALA — ojarasca Ojarasca
Usted está aquí: Inicio / Artículo / IXIMULEW: REBELIÓN DE LOS PUEBLOS EN GUATEMALA

IXIMULEW: REBELIÓN DE LOS PUEBLOS EN GUATEMALA

KAJKOJ MÁXIMO BA TIUL

I

El llamado a la resistencia que hicieron las autoridades indígenas de Guatemala para limitar o ponerle zancadas a las pretensiones del grupo criminal que dirige el golpe ha despertado mucho interés de especialistas y analistas, lo que me confirma que, después de tantos días de resistencia y movilización, aún no se comprende con objetividad lo que está pasando en Guatemala.

“Un movimiento dirigido” por hombres y mujeres que tuvieron no sólo que aprender el idioma del colonizador, sino lograr que el mensaje penetrara en el campo político-social hasta ahora ocupado por el poder blanco-mestizo. Quienes lideran este movimiento son “autoridades” que, entre sus funciones, está velar por que se actúe bajo los principios y valores, aprendidos, aprehendidos y transmitidos desde hace muchos años. Valores y principios que son fundamentales para que las autoridades y las comunidades trabajen de forma complementaria y articulada.

La autoridad indígena se selecciona, no se elige. La diferencia es que en una elección se decide entre varias opciones, como sucede en las elecciones generales, en cambio la selección implica escoger a una persona o cosa entre un grupo de opciones. En la vida política-social de las comunidades indígenas, la autoridad se selecciona entre varias personas a quienes les ha llegado la edad para asumir sus funciones. Para ser seleccionado como autoridad, tiene que haber demostrado, primero, que venga de una familia que siempre ha guardado los valores y principios aceptados por la comunidad. Segundo, que haya demostrado en su vida transparencia, honestidad, responsabilidad. Tercero, que haya participado en los trabajos y actividades de la comunidad. Cuarto, si es profesional, como ahora sucede en muchas comunidades, que no se haya atrevido a ser prepotente con la comunidad y, es más, se le exige que, de acuerdo a su profesión, apoye a la comunidad y que no evada su responsabilidad como “miembro de la comunidad”. La autoridad comunitaria hoy se denomina “autoridad ancestral”, porque su origen viene desde hace muchos siglos. No es elegido por ninguna organización fuera de la comunidad, de ahí que no cualquiera puede llevar una “vara”, autonombrándose autoridad o representante del pueblo, aprovechándose de las circunstancias.

La vara sólo es un “símbolo” visible. La autoridad debe tener la capacidad de sostener su loq’olaj ch’ami’y. No es una “simple vara adornada”, tampoco sólo es un símbolo de autoridad o de poder. Es el bastón de mandato y obediencia. La autoridad sostiene sus acciones demandadas por la comunidad en este bastón. Al tenerlo en la mano, no es sólo para levantarlo, sino para sostenerse y sostener su lucha y la lucha colectiva. Al verlo, le recuerda el compromiso, el dolor y sufrimiento que conlleva ser “autoridad”. Aquí es donde se manifiesta la palabra hecha acción.

Un anciano hace muchos años decía que junto al ch’ami’y se aguanta hambre, sed, cansancio, enfermedades. Es una gran responsabilidad, porque no se puede traicionar el mandato de la comunidad. Porque es la comunidad quien lo concede, lo legitima y es parte fundamental para la gobernanza comunitaria, que algunos intentan llamarle “democracia comunitaria”. De allí que los otros puestos, como catequistas, presidentes de Consejos Comunitarios de Desarrollo Urbano y Rural (Cocodes), lideresa o líder de cualquier organización social, no se puede contar entre las autoridades comunitarias, aunque ande con su incensario o una réplica de la vara.

La persona (hombre o mujer) que es nombrada por el pueblo y asume su k’axk’ol, es decir, el sufrimiento, dolor y compromiso que conlleva ser autoridad, no se exhibe ligeramente, porque sabe cómo, cuándo, dónde lo hará. Sus palabras deben ser constructivas y no destructivas. No permite el folclor del conocimiento, ni vende la organización, ni la fuerza de la comunidad. Es heredero o heredera y responsable de mantener la organización que se construyó desde hace muchos y muchos siglos. Si la autoridad traiciona estos preceptos, la misma comunidad lo desconoce, como ha sucedido con muchos que pasaron de autoridad comunitaria a funcionario de gobierno, de ONG, de iglesia o de partido político.

La autoridad indígena es mucho más autoridad que el presidente, diputado y alcalde. En nuestra historia hay muchos relatos de autoridades que retaron el poder del papa, de la corona española, de presidentes. La autoridad indígena, revestida del poder comunal y de la dignidad de un pueblo, siempre defiende a la comunidad y debe responder de acuerdo a los principios de los antepasados, cuando decían: “nosotros somos tan reyes como el de España”. La autoridad indígena debe respetar al pueblo, el pueblo la respeta y se respeta a sí misma. Es decir, no se “mandan”, sino que se respetan, dialogan, llegan a consenso. El “respeto mutuo” es parte fundamental de la convivencia y el buen gobierno. Y ahí tiene sentido el valor de la palabra, el trabajo, ayuda mutua, la complementariedad, entre otros. Pero nunca se debe olvidar que la autoridad vela por el principio fundamental del comunitarismo indígena, “la armonía y el equilibrio”.

El respeto se gana y se construye día a día. Aquí tiene su primer sentido el llamado que hizo la autoridad indígena para lo que llevamos de resistencia, para pedir la renuncia de los “perros” del pacto criminal. Para esta decisión se dialogó, se consensuó. No nace de la espontaneidad. Tiene su propio proceso, como el mismo tiempo cíclico. Y es lo que no entienden ni comprenden quienes se oponen racistamente a la presencia liberadora de los pueblos originarios en los centros urbanos blanco-mestizos de Guatemala.

 

II

La represión desarrollada por grupos ligados al crimen organizado en contra de las manifestaciones de los pueblos indígenas en los primeros días de este intento de levantamiento es una muestra de que el golpe de Estado está instalado y queda instalada una especie de dictadura corporativa,1 que tiene como peones a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, al Fiscal General del Ministerio Público  y a Magistrados del Tribunal Supremo Electoral, que siguen actuando como “perros de fincas”, puesto que éstos son los operadores del golpe, es decir, son los “sicarios” de una mara mucho más criminal que la Salvatrucha y la M182 juntas.

Tal vez volvemos a repetir algunas ideas de otras entregas, pero esta movilización indígena en Guatemala rompió todo el silencio, la impotencia y la desesperanza, producto del control que muchos años ejerció el poder criminal sobre los territorios indígenas. Y por eso sorprendió a muchos. Como sorprendió a los primeros colonizadores el hecho que muchos indígenas se comenzaron a rebelar en contra del poder español y eclesial.

Como es normal en sociedades racistas, xenofóbicas, homofóbicas, patriarcales, tradicionalistas y conservadoras como la nuestra, cuando se rebela el humillado, el ninguneado, el naiden, y rompen con la “normalidad” que imponen quienes tienen poder, aparece de nuevo el miedo, el odio, el rencor. Aparece la actitud colonizadora de quienes, durante años, nos han separado en dos repúblicas: “la de los criollos y oligarcas, con sus perros amaestrados a su servicio” y “la república de la mayoría olvidada”.

Los oligarcas y criollos y sus perros, para acallar a los pueblos, les salen al encuentro con pequeños ofrecimientos, como mesas de diálogo, oficinitas indígenas, proyectos desarrollistas, incluso hasta becas para adoctrinarlos en las aulas universitarias a los hijos e hijas de los sublevados. Como el ministerio indígena, que están negociando algunos académicos indígenas que se han acostumbrado a vivir del “discurso folclórico”, que es condescendiente con el capitalismo neoliberal y la colonización. Estos pueblos hoy dan miedo. Porque cuando el pueblo se levanta, se subleva, el criollo-oligarca-burgués tiene miedo, ha sido la consigna desde hace muchos años.

Los pueblos alejados del supuesto “desarrollo” son los pueblos que cargan sobre sus hombros la riqueza de unos pocos. Los pueblos sublevados son quienes han sido olvidados por el “desarrollo” y se sublevan, no para reclamar sólo para ellos, sino también para quienes durante muchos años el Estado represor ha empobrecido.

El colonizador puede embelesar con migajas a los dirigentes para que se entretengan, se dividan, se denigren, pero los pueblos y las comunidades siguen firmes en su lucha, hasta alcanzar su autonomía y su libre determinación. Porque los pueblos son quienes hacen la revolución y no los dirigentes.

Entonces, ¿por qué cuando los pueblos se levantan, tiembla el poder criollo? En toda América Latina se ha comprobado que los criollos, oligarcas, burgueses y sus perros falderos, cuando los indios se levantan, resurge en ellos el racismo. Por ejemplo: cuando Evo gana por primera vez la presidencia, los grupos racistas de Santa Cruz de la Sierra iniciaron una contraofensiva en contra del primer gobierno del MAS. De igual forma se comportaron las élites blancas en Chile y la derecha pinochetista frente a la Convención Constitucional, que fue dirigida por Elisa Lonco, por poner dos. Porque el indio, indígena, maya o como se autoidentifiquen, sigue siendo el enemigo interno de los Estadosnación y del capitalismo neoliberal, sobre todo porque los bienes naturales que hay en los territorios son el botín codiciado por las élites.

Cuando quienes se sublevan comienzan a oponerse al sistema, utilizando las categorías occidentales como democracia, Estado de derecho, garantías constitucionales, golpe de Estado, derechos humanos, las élites también tiemblan y trae a recordar cuando los curas coloniales se referían a los indígenas que se oponían a la religión. “Estos indios a quienes les hemos enseñado el castellano y el cristianismo ahora se creen más que nosotros”, así decían los colonizadores.

Los indios sublevados, utilizando términos occidentales, dándole nuevo contenido y sentimiento, retan al Estado oligárquico y ahora narco, a las élites blancas-criollas, a los perros falderos, a los corruptos, a todos quienes han llevado al Estado a la crisis en la que se encuentra, y proponen una nueva ética-política para rescatar o construir un nuevo humanismo guatemalteco.

¿Por qué se atrevieron los pueblos originarios de Guatemala y tomaron la iniciativa de movilizarse? Porque la lógica del pensamiento indígena es ensayo y error, es corregir y caminar, es aprender y hacer. Sólo veamos, ¿cuántas veces ensayaron la creación del ser humano, hasta llegar al hombre de maíz? ¿Cuántas generaciones tuvieron que pasar para vencer a los señores de Xib’alb’a?

Por eso, aunque no se haya logrado el objetivo primero de este levantamiento —lograr la renuncia de “los cuatro perros falderos del pacto criminal”3—, los pueblos podrán venir nuevamente, porque el proyecto no está terminado.

 

III

¡Esto apenas comienza! Para que haya un nuevo amanecer, un saq chahim, aq’ lah q’iij, se requiere de muchos Nuk’uj (ensayos). Siempre hay inicio, no hay fin, dice el pensamiento maya. No hay finales, sólo inicios, continuidades. De ahí el ejemplo de coyuntura o articulación, como el símbolo del aj, caña de carrizo, caña de azúcar. Todo es vida, la muerte es vida, la vida es muerte. El cero es el inicio y el final. El tiempo es cíclico y dialéctico. Todo se construye en diálogo, en discusiones, en análisis, en reflexiones. Por eso no todo está acabado, porque tendrá su continuidad y continuadores. “Quién va a seguir mi ejemplo”, dicen los abuelos. La repetición de nombres, lugares, espacios en los libros viejos de los pueblos originarios pareciera retórica, pero no, es la forma de contar las ideas y el tiempo. Se recuerdan y se habla de los antepasados, del primero que estuvo en estas tierras, y se mencionan los lugares que recorrió. Se mencionan los cerros, los valles y las montañas.

Cuarenta días de resistencia y rebeldía indígena en contra del sistema son un ensayo político de los pueblos. No se puede entender desde las narrativas occidentales, hay que leerlo y entenderlo desde los pueblos originarios. Y para eso se tiene que estar ahí, viviendo ahí, caminando ahí. Algo así como el “dasein” de Heidegger, con la idea de estar ahí, como existencia, pero no existencia individual sino colectiva. Muchos se preguntan si hubo revolución, qué lograron los pueblos originarios con este levantamiento, qué cambios estructurales. No hubo revolución desde el punto de vista marxista, que significa cambio de sistema, cambios de estructura. Pero si nos damos cuenta, hubo un cambio en relación a la aceptación de los pueblos originarios. De aquí en adelante, incluso hasta los criminales guatemaltecos saben que los pueblos originarios llevan muchos siglos de vivir aquí y que ahora, sin reconocer su ancestralidad, ya dicen “los pueblos ancestrales”. Pueblos con un cuerpo de autoridades bien definidas, que se constituyen de acuerdo a valores y principios comunitarios.

Cuál es la raíz del miedo que nace en los criollosoligarcas- burgueses cuando los pueblos originarios asumen su derecho a rebelarse. Porque aquí se desmitifica la idea liberal del “problema del indio”, estrategia acuñada por el indigenismo de la década de 1940. El indigenismo propuso como ideas fuerza que el problema es del indio, entonces surgieron las ideas de integrar, asimilar, cuidar al indio. En mi artículo “¿Cómo ha afectado el indigenismo en Guatemala?” trato de analizar esta situación.4

Este momento de movilización indígena nos pone en el tablero político que el problema no es del indio. El problema es del Estado y, en todo caso, es el problema del Estado y de las élites que lo controlan contra el “indio” para quedarse con sus tierras y territorios. Mariátegui, en su momento, decía: “el problema es el sistema económico y social”. Es el modelo de la ambición desmedida del criollo-oligarca-burgués-narcotraficante para quedarse y expoliar los bienes que hay en los territorios indígenas, es lo que no quieren dejar y ahí radica el miedo.

Cuando hablamos de pueblos originarios, no implica hablar solamente de “educación, cultura, progreso, amor y el cielo”.5 La demanda fundamental de los pueblos indígenas originarios es la “tierra y el territorio”, a esto le tienen miedo los narcos-terratenientes, ahora aglutinados en la Cámara del Agro. Resolver el problema de la tierra y el territorio sería el camino; es resolver el problema del latifundio y minifundio, y con ello se resolvería en parte la migración indígena, el colonato indígena, la esclavitud indígena (que aún existe en tierras que tienen en su poder los alemanes).6 Los finqueros, los narcos finqueros, etcétera, quedarían sin mucha tierra y sin mano de obra explotada, y se caería la gran negoción de los Torrebiarte, cuando crean su Asociación en la Defensa de la Propiedad Privada (ACDEPRO),7 las narrativas impulsadas desde el diario digital la República8 y Siglo XXI.9

Entonces, si el proyecto de los pueblos es la tierra y el territorio, ¿por qué la defensa que se ejerce hoy por restablecer la democracia burguesa? ¿Por qué no se impulsa una revolución como resultado de la lucha de clases? Los pueblos se embarcaron a la defensa de la democracia, no sólo para devolverle la estabilidad al país, sino para superar esta democracia,10 para construir un nuevo modelo de país, de república. Con un modelo de Estado Plurinacional, que tenga como eje fundamental la propuesta política-económica de los pueblos, como elemento fundamental de su paradigma, que es mucho más profunda que el buen vivir.

A esto le tienen miedo los criollos-oligarcas-burgueses guatemaltecos. Si esto se da, entonces sí estaremos ante una revolución.

__________

Kajkoj Máximo Ba Tiul, antropólogo, filósofo, teólogo e investigador maya poqomchi.

Notas:

1. “El fascismo guatemalteco contraataca”, Prensa Comunitaria, y “Guatemala: ¿dictadura nueva o continuación?”, Kajkoj Maximo Ba Tiul[1] | ensayosraftulum (wordpress.com), visto por última vez el 2 de noviembre de 2023.

2. Nos referimos a las pandillas que son utilizadas por el crimen organizado como sicarios.

3. Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Cinthya Monterroso, Freddy Orellana.

4. Facebook, visto por última vez el 22 de noviembre de 2023

5. mariategui_7_ensayos.pdf (cultura.pe), visto por última vez el 22 de noviembre del 2023.

6. Kajkoj Máximo Ba Tiul, “Guatemala: Moderne Skaleverei und die Zerstorung des Menschen”, en Klaus Vellaguth (HG), Eine Welt-Keine Skalverei, Herder, Germany, 2022. Kajkoj Máximo Ba Tiul, “Esclavitud Siglo XXI” (Fábrica de Calzado Cobán): Por Kajkoj Máximo Ba Tiul | ensayosraftulum (wordpress.com), visto por última vez el 22 de noviembre de 2023.

7. Facebook, visto por última vez el 22 de noviembre de 2023.

8. Últimas noticias de Guatemala hoy en vivo | República.gt (republica.gt), visto por última vez el 22 de noviembre del 2023.

9. El Siglo -El Siglo GT, visto por última vez el 22 de noviembre del 2023.

10. Por una nueva democracia – Rebelión, visto por última vez el 22 de noviembre del 2023.

comentarios de blog provistos por Disqus