Una existencia al desnudo
Es noche de concurso de pintura corporal en un bar del centro histórico de la Ciudad de México. Hay gran efervescencia y el público se amontona alrededor de la pasarela que recibirá a las y los participantes de la competencia. Las personas-lienzo portan apenas sendas tangas para que los artistas puedan desplegar sus trazos por la mayor superficie de piel posible. Dragones, serpientes, mariposas, robots y todo tipo de criaturas, escenas y patrones cubren esos cuerpos que no parecen tan desnudos por estar llenos de colores que ocultan partes consideradas “privadas”, como los pezones femeninos o los glúteos.
Una especie de hombre-víbora futurista pintado con colores neón es la pieza ganadora. Todos los modelos se dispersan para buscar un espacio donde complacer a las decenas de parroquianos que les piden posar para sus fotografías. El deambular de cuerpos sin ropa se siente natural, tanto que, al cabo de una hora, el ambiente de relajación parece haberse contagiado: dos muchachos bailan al ritmo de la música, sosteniendo su ropa en la mano, totalmente desnudos, si es que los zapatos no se clasifican como atavío. El resto de los asistentes los miran durante unos minutos y después los olvidan para un intento por pedirles que se cubran, después de todo, la única diferencia entre ellos y lo que había sucedido más temprano es que los recién aparecidos cuerpos desnudos no tienen dibujos sobre la piel.
Aunque de maneras extraoficiales, el nudismo en la capital mexicana ha tenido sus momentos. Más como protesta social que como práctica de convivencia sin tapujos o en comunión con la naturaleza (que es como algunos nudistas definen su práctica), los cuerpos sin ropa han aparecido en sus calles en diferentes etapas.
Cueros citadinos
Quizás la etapa más visible por trasgresora fue aquella en la que el Movimiento de los 400 pueblos comenzó a comunicar sus exigencias quitándose la ropa. Primero eran un grupo de hombres que se quedaban en ropa interior, luego se integraron las mujeres en la misma circunstancia, y más tarde mostraron sus pechos. Luego todos se desnudaron completamente y no era raro que comenzaran a ser parte del paisaje urbano en la glorieta del cruce de Insurgentes y Reforma, una de las más emblemáticas de la ciudad. A partir del inicio de este siglo y hasta la fecha, la exigencia de estos campesinos veracruzanos de no ser despojados de sus tierras y la reclamación de que liberen sus líderes y compañeros del movimiento se han ido diluyendo para instalar al grupo en el imaginario popular como “los encuerados de los 400 pueblos”.
La efervescencia de la protesta de este movimiento fue tolerada la mayoría de las veces. Además, coincidió con la derogación del delito de “faltas a la moral”, en 2006, con lo cual las escenas consideradas contrarias a ese estándar quedaron solamente mencionadas en la Ley de Cultura Cívica y se persiguen únicamente a petición de algún ciudadano o ciudadana ofendidos.
El siguiente momento cumbre del nudismo chilango fue la visita del fotógrafo estadunidense Spencer Tunick, quien se caracteriza por hacer imágenes de grandes masas de personas desnudas en paisajes inesperados. En 2006 visitó México por primera vez y logró convocar a unas 20 mil personas, las cuales llegaron muy temprano a despojarse de su ropa en el Zócalo capitalino y soportaron bajas temperaturas matinales, aunque ya era el mes de mayo. La afluencia superó por mucho el récord anterior para una imagen de este autor, que había sido de 7 mil personas en la ciudad de Barcelona, España. De alguna forma se mostró que los mexicanos no eran tan conservadores como se creía.
La fiesta de cuerpos hechos arte se repitió en octubre de 2014, cuando Tunick realizó una nueva sesión en San Miguel de Allende, Guanajuato, en el marco de La Calaca Festival, con motivo de la celebración del Día de Muertos. Menos concurrida, pero no menos emotiva resultó la participación de unas 100 mujeres, la mayoría de ellas mexicanas, quienes formaron la obra titulada Sendero de los redimidos.
Volviendo al tono de protesta, hay un grupo más de cuerpos desnudos que circulan por la Ciudad de México: son los integrantes de la Rodada Ciclista al Desnudo, quienes desde hace 12 años, en junio, salen a las calles. El movimiento es internacional y se llama World Naked Bike Ride; en él, la desnudez simboliza la vulnerabilidad que viven los y las ciclistas frente a los vehículos automotores, y busca hacer conciencia sobre el cuidado y el respeto que merecen quienes se transportan en bicicleta debido a la fragilidad que enfrentarían en caso de verse involucrados en un accidente.
“En el nudismo debe existir respeto; queremos quitar esa idea de que el nudismo implica necesariamente sexo. Es más allá, es la sana convivencia y el
respeto a mi compañera o compañero, respeto a su espacio e incluso cuidando las miradas”, afirma Leonardo Martínez, del Grupo Alfa.
Un estilo de vida
En febrero pasado se llevó acabo el Tercer Festival Nudista Zipolite 2018, en la playa del estado de Oaxaca que lleva ese nombre y que es la única playa pública nudista en el país. Si bien hay otras, como Playa del Carmen o Cancún, en Quintana Roo, donde se tolera que la gente tome el sol sin ninguna ropa puesta, en Zipolite el nudismo es total y está aceptado por las autoridades municipales de San Pedro Pochutla, las cuales se involucraron en la organización del festival de este año como una forma de atraer el turismo.
Este festival, que incluyó en su programa eventos culturales y deportivos, así como una calenda o desfile de bienvenida, fue documentado por la prensa y por los propios organizadores, que en muchas de sus fotografías muestran peculiares escenas de personas vestidas y desvestidas, entremezcladas, en momentos como la inauguración del festejo. En declaraciones hechas a los reporteros, el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Zipolite, Jair Flores García, reconoció que se trata de un evento que beneficia no sólo a esa población, sino a otras vecinas, como Puerto Ángel, San Agustinillo y Mazunte.
El festival es organizado por la Federación Nudista de México, fundada en 2011 y que busca promover una cultura de nudismo familiar. En entrevista con el portal Malvestida.com, su presidente, Juan Marcos Castañeda, lamentó: “Nos enseñan que el cuerpo humano es feo y hay que ocultarlo. Piensan que el nudismo es para modelos, que quienes tienen panza, estrías o lonjas no deberían enseñar su cuerpo desnudo(…). Con esto, nos han hecho pelearnos con la parte más importante que es nuestro cuerpo, en donde vivimos y estamos todos los días”.
Entre los objetivos de la federación, consignados en su sitio web, se encuentra promover la práctica del nudismo social y familiar como una forma de “convivencia, recreación, autoaceptación y aceptación de los demás, sin importar sexo, condición social o económica, preferencia sexual o estado civil”, a través de actividades educativas, artísticas, sociales, recreativas y turísticas, entre otras.
Deporte al natural
Cuando Hugo Sánchez llegó por primera vez al Grupo Alfa, no sabía que terminaría desnudo. El nombre de la asociación suena similar al de un poderoso conglomerado industrial regiomontano, pero no puede estar más alejado de eso. Se trata de un espacio donde el principio básico es la práctica del deporte nudista.
A Hugo siempre le había interesado el capoeira, un arte marcial brasileño que fusiona música, danza y lucha, por lo que un amigo le recomendó tomar clases en Grupo Alfa, en la colonia Santa María la Ribera de la Ciudad de México.
Sin embargo, cuando llegó se enteró de que debía practicar desnudo, situación que lo intimidó un poco al principio. “Ya cuando me dijeron que fortalecía la salud, la confianza, y la autoestima, eso fue lo que me llamó la atención”, cuenta en entrevista. Finalmente se sintió tan cómodo que no sólo se incorporó a las clases, sino que también comenzó a trabajar en la organización y hoy es el administrador.
Grupo Alfa fue fundado por Leonardo Martínez en noviembre de 2016. Este joven emprendedor y entusiasta del nudismo había tenido su primer acercamiento con esta práctica en un grupo llamado G Natura. “Me gustó el concepto de convivir sanamente con otras personas estando desnudo”. Por esto, decidió formar un grupo nudista en su natal ciudad de Puebla, pero era un espacio de convivencia y no deportivo. Cuando Leonardo emigró a la Ciudad de México, aquel grupo desapareció, pero mantiene la esperanza (mejor dicho, el objetivo) de abrir una sucursal de su actual grupo en aquella ciudad.
Según las distintas actividades, se tienen que hacer ciertas adecuaciones porque hay algunas partes del cuerpo que con el movimiento pueden tener
cierta lesión. Es una clase modificada de tal forma que no se arriesga la salud del alumno.
Grupo Alfa, explica a Letra S, está basado en una norma: “en el nudismo debe existir respeto; queremos quitar esa idea de que el nudismo implica necesariamente sexo. Es más allá, es la sana convivencia y el respeto a mi compañera o compañero, respeto a su espacio e incluso cuidando las miradas”. Con esta premisa surgió la organización, que es un grupo primordialmente deportivo con doce disciplinas, entre las que destacan crossfit, lucha grecorromana, body combat, tantra yoga, salsa en línea, zumba, yoga iyengar, capoeira y danza árabe. También imparten clases de técnicas de relajación y de tantra extremo, que se imparte en pareja y tiene que ver con la energía sexual, pero no con relaciones sexuales durante las sesiones.
Respecto a los riesgos que pudieran correrse al practicar, por ejemplo, deportes de contacto estando densudos, Leonardo subraya que cuentan con profesores certificados que siempre están pendientes de que ningún participante se lesione. En todo caso, agrega, siempre hay un médico disponible para atender cualquier eventualidad.
Sobre las distintas actividades, reconoce que “sí se tienen que hacer ciertas adecuaciones porque hay algunas partes del cuerpo que con el movimiento pueden tener cierta lesión, entonces, es una clase modificada de tal forma que no se va a exponer la salud del alumno”.
A decir de su fundador, el grupo se ha propuesto cambiar la imagen del nudismo en México, hacer saber que es una forma de vida en sana convivencia y quitar el tabú de que el nudismo es sexual. Además, “queremos demostrar que el deporte desnudo es profesional, no nada más es venirse a desvestirse”.
Para lograrlo, buscan que cada vez más gente los conozca y se integre. El grupo están abierto a hombres y mujeres de todas las orientaciones sexuales. Las y los interesados pueden buscarlo como Grupo Alfa Al Natural en las redes sociales Facebook, Twitter e Instagram.