Atracón, silencioso desorden
Luego de perder su empleo, Sandra recurre a la comida como consuelo. Con el tiempo percibe que ya no tiene el control, pues podría comer cualquier cosa, por cualquier motivo y en cualquier cantidad, menos por hambre. Y aunque decide ponerse a dieta, a la semana recae, llegando a triplicar su peso. Dicha conducta se relaciona con el trastorno por atracón (TA), un desorden alimenticio con prevalencia aún mayor que la anorexia y la bulimia.
Recientemente, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, en inglés) lo integra y define como el consumo de una gran cantidad de comida en corto tiempo y de forma compulsiva. A diferencia de otros desórdenes, las personas no vomitan ni recurren a laxantes. Su causa es aún desconocida, sin embargo, existen algunos factores como la edad (inicio a los 20 años), la genética, los problemas psicológicos y dietas prolongadas que aumentan el riesgo.
Se estima que por cada dos hombres que presentan TA, hay tres mujeres que también lo padecen, sobre todo personas con obesidad o sobrepeso. Es causa de enfermedades crónicas y hasta graves (presión arterial alta, diabetes, várices, embolias, colesterol, infartos o la muerte).
Comer compulsivamente, con rapidez y a la vez sentirse deprimido, culpable o avergonzado por esa conducta son parte de los síntomas del TA, por ello, al identificarlos es importante acudir con especialistas que aborden de forma integral el desorden (psiquiatras, psicólogos y nutriólogos).