Perder potasio es perder salud
El potasio es un mineral electrolito que se encuentra en el interior de las células. Su ingesta es muy esencial para el organismo, ya que permite la contracción de los músculos, la función de los nervios, controla los pulsos del corazón y ayuda a los pulmones a eliminar el dióxido de carbono. Por todo esto, un déficit de potasio podría provocar una condición seria llamada hipopotasemia.
Conocida también como hipocalemia, se refiere a la disminución del potasio en sangre. Esto se refleja en niveles menores a 3.5 miliequivalentes por litro (mEq/L) o que pueden alcanzar menos de 2.5 mEq/L, siendo este el cuadro más severo.
Sus múltiples causas incluyen los vómitos o la diarrea, trastornos alimentarios como la bulimia, algunos medicamentos (insulina, terbutalina), sudoración excesiva, alcoholismo, uso excesivo de laxantes, diuréticos y un exceso de la hormona aldosterona (hiperaldosteronismo).
Una hipopotasemia leve generalmente es asintomática, pero cuando el déficit de potasio es importante se refleja en diversos síntomas, como debilidad en piernas y brazos, calambres, entumecimiento, parálisis, fatiga, somnolencia, inflamación abdominal, falta de concentración, insuficiencia respiratoria y arritmias. En los casos más graves puede presentarse un paro cardiaco.
El problema se detecta en consulta mediante la revisión de medicamentos en uso, enfermedades concomitantes y estudios de sangre. El médico receta suplementos que aumentan los niveles de potasio (con precaución de no causar flebitis, o inflamación de las paredes venosas) y en casos graves, se administra potasio intravenoso.