Parálisis limitante — letraese letra ese

Director fundador | CARLOS PAYAN Director general | CARMEN LIRA SAADE • Director Alejandro Brito Lemus

SALUD SEXUALIDAD SOCIEDAD

ARCHIVO HISTÓRICO

Número

Usted está aquí: Inicio / 2024 / 05 / 02 / Parálisis limitante
× Portada Guardada!

Parálisis limitante


Enrique comenzó a sentir síntomas de gripa que le impidieron realizar sus actividades con normalidad. Debido a que requería solicitar una incapacidad laboral, se realizó una prueba de influenza a la cual salió reactivo. Después de un par de semanas, los síntomas de resfriado desaparecieron, pero comenzó a sentir una debilidad en las piernas y manos que limitaban su capacidad de sostener objetos y caminar por sí mismo. Había desarrollado el síndrome de Guillian-Barré, una condición rara que puede discapacitar y poner en riesgo la vida.

Este síndrome es un trastorno autoinmunitario que se presenta cuando el sistema inmunológico no reconoce los tejidos propios del organismo y los ataca. Por lo regular, esta condición se genera después de un cuadro infeccioso y afecta significativamente al Sistema Nervioso Periférico.

Esta afección puede desarrollarse por una infección provocada por la bacteria Campylobacter jejuni que afecta considerablemente la cubierta del nervio que se conforma por una vaina de mielina, esto provoca que las señales nerviosas se movilicen de manera más lenta. Esta desmielinización incluso puede provocar la inactividad del nervio.

Factores de riesgo y síntomas

Hasta el momento se desconoce la causa exacta del síndrome, sin embargo, se ha observado que algunos de los factores de riesgo son tener más de 50 años y haber atravesado un episodio de infección viral o bacteriana tales como influenza, enfermedad gastrointestinal, neumonía por microplasma, herpes simple, COVID-19, y aunque poco frecuente, el VIH. Esta condición también se puede desarrollar colateral al lupus, enfermedad de Hodgkin, o después de alguna intervención quirúrgica.

La sintomatología puede presentarse tras una intervención quirúrgica o una vacunación, pero también posterior a la presencia de una infección bacteriana o viral. Los síntomas se caracterizan por entumecimiento, hormigueo y sensación de calambre en las piernas que en un primer momento generan movimientos descoordinados que impiden autonomía al caminar. Estas manifestaciones suelen comenzar en ambas piernas y avanzar hacia los brazos (parálisis ascendente), pero también puede ser desde las extremidades superiores y bajar hasta los pies (parálisis descendente).

Más allá de una sensación de debilidad y pinchazos en las extremidades, puede generarse pérdida de sensibilidad y disminuir o desaparecer los reflejos, además puede presentarse visión doble o borrosa y frecuencia cardiaca anormal (sentir los latidos del corazón).

Complicaciones

Cuando esté síndrome evoluciona se alteran las funciones internas controladas por el sistema nervioso autónomo, por ejemplo, la tensión arterial fluctúa y el ritmo cardiaco se vuelve anormal. En algunas personas se desarrolla inflamación en los nervios del tórax, esto provoca debilitamiento en los músculos que controlan la respiración, por ello pueden llegar a requerir ventilación artificial. También puede presentarse debilitamiento en los músculos faciales y de la deglución por lo que en algunos casos será necesaria alimentación intravenosa o mediante una sonda colocada directamente al estómago.

Diagnóstico y tratamiento

Una revisión clínica que evalúe los síntomas puede brindar una sospecha del síndrome, sin embargo para tener certeza, se requiere de análisis del líquido cefalorraquídeo obtenido mediante una punción en la columna vertebral, que muestre la presencia de niveles elevados de proteínas y células inflamatorias.

Debido a que este síndrome causa dolor en las extremidades, se puede utilizar la terapia de calor para disminuir el malestar. Si las manifestaciones de debilidad son moderadas, se debe iniciar fisioterapia para ayudar a preservar la función articular y muscular.

Mas de la mitad de las personas que desarrollan este síndrome se recupera completamente; sin embargo, hasta 14 por ciento permanece con secuelas de debilidad leve a moderada, hasta 4 por ciento puede quedar confinado a cama y hasta 8 por ciento puede fallecer después de un año, esto depende de la atención temprana.

A sus 56 años, Enrique realiza sus actividades cotidianas de manera autónoma, y a pesar de haber estado hospitalizado algunos meses, pudo recuperar su movilidad. Sabe que el síndrome que desarrolló no tiene cura, pero ha tenido una enorme mejoría que ha tenido con inmunoterapia y rehabilitación, ya que mantenerse en monitoreo de sus síntomas le evitarán una incapacidad y afecciones en su calidad de vida futura.

Comments
comentarios de blog provistos por Disqus