El virus de inmunodeficiencia humana, el SARS-CoV-2, el ébola y la salmonelosis, entre otras, son infecciones que se desarrollaron inicialmente en animales y pasaron a ser enfermedades que afectan a los seres humanos. Este proceso denominado zoonosis se propicia por la cercanía que se tiene con otras especies, ya sea por domesticación o por el consumo de las mismas por su significado alimentario.

En la actualidad existen más de 200 tipos de enfermedades generadas por zoonosis, desde aquellas que han causado pandemias hasta la rabia, que, a pesar de existir vacunas, no se ha erradicado en el mundo.

Agentes causantes

Los parásitos son organismos que pueden encontrarse por fuera del animal como la piel, pero también pueden encontrarse en el intestino; ambos tipos son capaces de generar una enfermedad leve, a veces casi imperceptible, y algunas veces pueden propiciar la muerte si no se da tratamiento oportuno. Las bacterias son organismos no visibles que pueden o no generar enfermedades, y generalmente se encuentran en los fluidos corporales de los animales; al tener los humanos contacto con ellos o al comer alimentos en los que se haya posicionado el agente patógeno, pueden provocar zoonosis.

Los virus son microorganismos que necesitan de las células de los seres vivos para sobrevivir y multiplicarse, por lo que se requiere de un vector para poder transmitirse. Estas formas de transmisión pueden ser la picadura de un mosquito o el intercambio de fluidos, dando pie al comienzo de un proceso de zoonosis.

Causas

Los procesos de urbanización en donde hay una destrucción a los hábitats naturales aumentan el riesgo de enfermedades zoonóticas debido a que se tiene contacto con animales salvajes (no domesticados) que adquieren infecciones propias de su entorno. Así, mientras más se irrumpa en el hábitat de las especies, más posibilidades habrá de entrar en contacto con infecciones que antes no eran propias de la humanidad.

No sólo el contacto cercano con animales o estar expuesto a mordidas de ellos pueden ser una forma de adquirir infecciones, pues la zoonosis se puede producir al consumir alimentos como la carne, huevos o productos lácteos que contengan un patógeno propio del animal.

Factores de riesgo

De acuerdo con el especialista en infectología Raúl Alfonso Nogal, la relación estrecha con animales de compañía como perros, gatos, cuyos, peces, entre otros, y la interacción con animales agrícolas como pollos, cerdos o reces, así como el contacto con animales salvajes como ratas o mapaches, incrementan la posibilidad de adquirir infecciones, sobre todo si no se tienen las precauciones necesarias como la vacunación.

Los trabajadores agrícolas de las zonas en las que se utilizan mucho los antibióticos para los animales de granja pueden correr un mayor riesgo de verse afectados por patógenos resistentes a los actuales antimicrobianos, además las personas que viven en zonas semiurbanas, en donde existen animales silvestres, como ratas, zorros o mapaches, pueden estar en riesgo de adquirir enfermedades ante la mordedura de ellos.

Prevención

El especialista en infectología explicó a Letra S que las medidas de prevención de enfermedades zoonóticas son diferentes para cada patógeno. Sin embargo, entre los métodos más eficaces para reducir el riesgo individual está cuidar la salud de los animales de compañía o domesticados, de modo que sean desparasitados y vacunados contra las enfermedades comunes de su especie, y además es recomendable siempre lavarse las manos después del contacto directo con ellos.

Para reducir el riesgo comunitario es importante cuidar de los animales en situación de calle, ya que éstos pueden desarrollar infecciones como rabia y transmitirla fácilmente por medio de una mordedura. En el caso de los animales de granja es necesario llevar a cabo las directrices de seguridad agrícola que permitan un monitoreo constante de la salud de los animales, ya que con ello se puede reducir el riesgo de brotes infecciosos por la distribución de alimentos contaminados con un agente infeccioso.

Si bien existe tratamiento para muchas enfermedades que han pasado de animales a humanos, se debe replantear las formas en que la humanidad irrumpe en el hábitat de otras especies, pues las posibilidades de exposición a parásitos, bacterias y virus nuevos puede generar infecciones de difícil control que incluso pueden ser mortales para las personas.