Desde dolores de cabeza crónicos, olvidos constantes, dificultad para orientarse, falta de atención, hasta cambios en la personalidad, pueden ser indicadores de que el cerebro tiene complicaciones para funcionar correctamente y esto puede depender de diversos factores que lo afectan.

El cerebro es un órgano que centraliza la actividad del sistema nervioso y tiene la finalidad de dirigir patrones de acción muscular que permiten la producción de sustancias químicas llamadas hormonas, las cuales ayudan al correcto funcionamiento de la anatomía humana. Sin embargo, algunas condiciones de salud pueden afectarlo y causar daños de difícil control, e incluso, irreversibles.

Enfermedades del cerebro

De acuerdo con Enedina Rojas García, especialista en neurología pediátrica, existen enfermedades cerebrales neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple y epilepsia que se desarrollan por una predisposición genética y empeoran en edad avanzada, mientras que las enfermedades cerebrales infecciosas como encefalitis o meningitis se adquieren por bacterias o virus; todas ellas se tratan de formas distintas.

Los traumas craneoencefálicos son padecimientos en el cerebro que, si llegan a requerir terapia intensiva, tienen altas probabilidades de dejar secuelas como convulsiones o pueden discapacitar tanto física como cognitivamente a la persona. No obstante, aclaró, las principales enfermedades que afectan al cerebro son la enfermedad vascular cerebral y las enfermedades neurodegenerativas.

Síntomas, diagnóstico y tratamiento

La especialista detalló a Letra S que cuando hay afecciones cerebrales se presentan síntomas como pérdida de memoria, cambios en las funciones del lenguaje, la orientación y la atención, cambios en la personalidad, dolores de cabeza recurrentes o crónicos, debilidad o pérdida de la fuerza muscular, problemas en el equilibrio o la coordinación, así como mareo o vértigo.

Para diagnosticar enfermedades del cerebro se debe hacer un correcto historial clínico y, posteriormente, una exploración neurológica, así como estudios para descartar alteraciones estructurales e identificar tanto el tipo de afección como sus posibles causas.

Cada enfermedad cerebral se trata de forma distinta, y puede requerir tratamiento farmacológico, como antimigrañosos, anticrisis o anticonvulsivos; mientras que los tratamientos no farmacológicos están enfocados en la terapia física o la terapia integral, sensorial, ocupacional y cognitiva, que logran mejorar la capacidad de respuesta del cerebro.

Prevención

Evitar factores de riesgo que favorecen enfermedades cardiovasculares disminuye la posibilida de problemas del cerebro, sin embargo, cuando hay predisposición genética, es necesario consultar con un especialista para que brinde un tratamiento que limite la progresión de las enfermedades.

Para evitar el deterioro cognitivo es necesario realizar ejercicios mentales que potencien la atención, tales como leer, lectura, aprender nuevas cosas, realizar manualidades o actividades que incluyan juegos estratégicos, ya que mejoran la capacidad de concentración y generan nuevas conexiones neuronales.

Cuando se han desarrollado condiciones como ansiedad o depresión es indispensable buscar tratamiento psicológico para atender el problema, pues de no tratarse, puede afectarse la capacidad cognitiva.

Si se conoce que hay una afección en el cerebro es importante evitar el consumo de sustancias tóxicas como alcohol excesivo, tabaco y otras drogas, ya que éstas incrementan los problemas neuronales.

Cuidado del cerebro

Para un diagnóstico temprano de enfermedades es indispensable un tamiz metabólico que permite identificar un deterioro en el desarrollo como hipotiroidismo, ya que es una de las principales causas de discapacidad intelectual sino se trata de forma adecuada.

La especialista en neurología puntualizó que, al igual que otros órganos, el cuidado del cerebro requiere una alimentación saludable rica en verduras (sobre todo con hojas verdes), frutos rojos (antioxidantes), semillas, granos integrales, proteínas, y alimentos antioxidantes y ricos en ácidos grasos como el omega 3 (pescados azules y salmón).

El cuidado del cerebro requiere ejercicio regular, ya que se mejora la circulación cerebral y disminuye la inflamación porque se controla la presión arterial, por lo tanto, se reduce el riesgo de eventos cerebrales. Además, es necesario mantener una correcta rutina de sueño de entre siete y nueve horas de descanso, ya que esto permite eliminar radicales libres y reestructurar la actividad cerebral, con ello se consolida la memoria y se mantienen el aprendizaje.