Corazón y riñones en riesgo
Al finalizar su día laboral, Alberto notaba hinchazón en sus pies y lo atribuía a estar sentado por mucho tiempo. Después de seis meses comenzó con ligeras complicaciones para respirar, situación que lo llevó a una consulta médica. Fue diagnosticado con hipertensión arterial, que le había provocado afecciones cardiovasculares que comenzaban a afectar su estado de salud.
El sistema vascular es el conjunto de vasos sanguíneos que transportan sangre por todo el cuerpo con la finalidad de suministrar oxígeno y nutrientes a los tejidos, así como eliminar desechos que se producen en el organismo; sin embargo, cuando este sistema falla, se propician enfermedades que afectan el funcionamiento del corazón y los riñones de manera paralela.
Causas
De acuerdo con Antonio Magaña, especialista en insuficiencia cardiaca del Centro Médico Nacional siglo XXI, los riñones no sólo sirven para filtrar sustancias que el cuerpo no necesita, sino que son órganos endócrinos que producen sustancias para el buen funcionamiento del aparato cardiovascular, por ello, trabajan en conjunto con el corazón.
La hipertensión arterial, que se caracteriza por presión elevada en los vasos sanguíneos, puede propiciar insuficiencia cardiaca y generar complicaciones para bombear suficiente sangre a todo el cuerpo, lo que provoca afecciones graves a la salud. Si bien las enfermedades cardiorrenales eran consideradas afecciones de la población mayor de 65 años, en la actualidad pueden verse a partir de los 30 años, esto a causa de las condiciones socioambientales que propician una mala alimentación y sedentarismo, por lo que no es una enfermedad exclusiva de personas adultas mayores.
Factores de riesgo y síntomas
Una de las principales causas que afectan el corazón y los riñones es el desarrollo de condiciones de salud no controladas como diabetes e hipertensión arterial. Es por ello que en México existe un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiorrenales, pues en el país existen 14 millones de personas que viven con diabetes tipo 2.
Cuando hay afecciones vasculares en un primer nivel se desarrolla insuficiencia cardiaca y ésta, a su vez, propicia daño renal. Por esto, los síntomas primarios pueden ser falta de aire, fatiga fácil y retención de líquidos, que se manifiesta con inflamación de extremidades.
Si hay una afección de los riñones pueden presentarse síntomas del aparato urinario, como infecciones urinarias repetitivas, desarrollo de litiasis renal (piedras en los riñones) y dolor en estos órganos; sin embargo, cuando se vive con diabetes, no necesariamente se presentan síntomas a corto plazo, hasta que se desarrolla una afección crónica.
Prevención y tratamiento
Es importante acudir a consulta médica para que se evalúe el estado físico, pues muchas personas que han desarrollado hipertensión o diabetes lo desconocen, con lo que la enfermedad avanza y, al momento de ser diagnosticada, puede llevar entre 10 y 12 años de retraso de tratamiento. Esto deteriora el funcionamiento de los órganos, incluidos el corazón y los riñones.
Las personas con hipertensión o diabetes requieren tener un control de su condición de salud con un seguimiento estructurado, basado en evaluaciones clínicas periódicas.
Las medidas cardiosaludables y renosaludables están basadas en una buena nutrición individualizada, que limite la comida procesada y priorice alimentos frescos, así como una correcta hidratación, además es recomendable realizar actividad física regular.
De acuerdo con Antonio Magaña, también jefe de División de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante Cardiaco, en la actualidad existen tratamientos farmacológicos para tratar enfermedades cardiovasculares y renales, como lo son los medicamentos para control glucémico, indispensables para personas que han desarrollaron diabetes tipo 2 y fármacos que previenen daño a los riñones.
El especialista explicó que para las personas que han desarrollado enfermedad renal crónica, hay evidencia reciente de fármacos capaces de frenar el desarrollo de la enfermedad. Si las enfermedades cardiaca y renal se diagnostican en etapas tempranas, los tratamientos permiten frenar e incluso revertir el problema, sin embargo, cuando se han desarrollado afecciones mayores como insuficiencia renal, se requieren intervenciones como diálisis peritoneal o hemodiálisis para preservar la vida.
Alberto inició con tratamiento farmacológico para estabilizar su presión arterial y comenzó a modificar su estilo de vida para disminuir afecciones a su salud, con ello logró una reversión de la enfermedad que ya iniciaba en su corazón y así pudo evitar complicaciones futuras, además de mejorar su calidad de vida.