Desapariciones LGBTQ+
No fue el mar, pero sí todo el contexto, el que dio pie a la desaparición de Lilith en Puerto Escondido, Oaxaca, donde en los inicios de enero de 2023 fue vista por última vez por algunos amigos, con quienes había ido a pasar unos días de descanso. Mas los sucesos se salieron de control después de que ella vio algunos mensajes en el celular de su entonces pareja, Karin, pero esa información fue ocultada por algún tiempo.
Tras enterarse de que no la encontraban, su madre, Joana, se trasladó al lugar y comenzó a repartir fichas de búsqueda por el puerto y otras 14 localidades, pero no obtuvo noticias. De igual manera, recorrió hospitales, centros de rehabilitación y cualquier otro posible espacio donde pudiera estar su hija, mas la respuesta siempre fue no.
Ellas ya no vivían juntas, ya que Joana se separó de su entonces esposo, mas trataba de estar al pendiente de ella, pues siempre la apoyó al ser una mujer trans, y buscaba darle todas las facilidades para vivir conforme a su identidad de género. Por eso, el 31 de diciembre de 2022 le envió mensajes con buenos deseos. Fue su último intercambio de palabras.
Sin explicarse cómo pudo haber ocurrido la situación de que su hija desapareciera frente a los ojos de su pareja y otras dos personas, comenzó a armar el rompecabezas. La noche en que Lilith desapareció, estaba en el hotel con quienes viajó al lugar. Ellos decían que le dio un ataque de ansiedad y salió corriendo por un lugar oscuro, perdiéndose de vista.
La realidad fue que ella y su pareja discutieron, ambas salieron del hotel. Lilith iba descalza y sin dinero, con el celular de su pareja. Pero sus acompañantes no levantaron la denuncia en su momento y sólo argumentaron que la policía y la Marina ya la estaban buscando. Cuando por fin se acercaron a las autoridades, lo hicieron de manera anónima.
Una persona desaparecida se convierte en un drama vivido por su familia y su círculo más cercano, una incertidumbre constante y una pregunta sin responder. Cuando esa persona ausente es parte de la población LGBTQ+, sus seres queridos enfrentan dificultades particulares que se relacionan con su identidad de género o su orientación sexual.
Los videos de algunos locales comerciales mostraron que las personas con las que viajaba sí la alcanzaron e intentaron arrebatarle el celular que llevaba. No se sabe nada más. Las evidencias revelaron la carencia de solicitud de apoyo ante alguna instancia por más de dos días.
Entre tanto, la Fiscalía argumentaba que o bien podría haber sido absorbida por el mar o seguía caminando, además de que provenía de un hogar disfuncional debido a que su papá y su mamá ya no vivían juntos. A esto se sumaron ciertas omisiones como que a Joana no se le proporcionó una copia de la carpeta de investigación ni se le brindaron las atenciones adecuadas, que la ampliación de la declaración de los involucrados fue muy ambigua, y la constante renuncia de quienes han estado involucrados en la investigación.
A dos años y cuatro meses de los hechos, Joana refiere que la situación económica es compleja debido a que debe trasladarse de la capital del Estado de México a la costa oaxaqueña. Ha obtenido el apoyo de algunas organizaciones como el colectivo Defensores por la Justicia, de la ciudad de Oaxaca, que le ha ayudado a conseguir reuniones con la fiscalía estatal, cambió la carpeta al área de desapariciones y ha impulsado la difusión del caso. El pasado Día de la Visibilidad Trans se marchó en su honor, en una caminata organizada por la Asamblea Ecologista Popular.
Para Joana, en los casos en los que se busca a una persona trans es muy importante respetar la identidad de género, pues con Lilith, la Fiscalía de Oaxaca, en un primer momento, emitió la ficha de búsqueda con el nombre de pila, algo que considera grave, pues eso podría provocar que no respondiera si alguien la ubicaba. Por su condición, es una chica invisible, por lo que considera que se debe difundir su situación por todos lados
Las desapariciones, una realidad
Durante la última versión del Examen Periódico Universal en el que México fue evaluado por la Organización de las Naciones Unidas, en octubre de 2024, se determinó que era necesario “poner en marcha una estrategia interinstitucional para aplicar todas las recomendaciones del Comité contra la Desaparición Forzada, en la que participen cabalmente las víctimas y que contemple un seguimiento especial de las desapariciones de personas LGBTQI+”.
Esta medida aún no se toma en cuenta, pero organizaciones civiles como el Observatorio Nacional en Contra de los Crímenes de Odio han comenzado a registrarla. Al respecto, Kenlly Pacheco, integrante del mismo, ha señalado que, en 2024, se documentaron 46 casos de personas LGBT desaparecidas en todo el país y “no obstante que pareciera una cifra menor, es fundamental identificar que dichas desapariciones específicamente están relacionadas con la orientación, identidad y características sexuales”, recalcó.
Sobre todo, porque estas desapariciones pueden conllevar a la comisión de otros delitos o son parte de una cadena de sucesos con la posibilidad de tener un desenlace fatal.
Las madres de personas sexodiversas también les buscan por cielo, mar y tierra, pero se enfrentan a obstáculos específicos que, al parecer, tienen que ver con la orientación o la identidad de sus seres queridos.
Evitar la impunidad
Algo raro ocurría, Margarita no llegó al partido de fútbol del domingo ni al curso de ventas al que iba a asistir con su hermana. Tampoco había salido a cumplir con su trabajo de repartidora en un minisúper de su colonia, Ampliación Tepepan, en la Ciudad de México. En realidad, estaba castigada por faltar un día, y quería probar suerte en otros rubros.
Vivía junto a sus hermanas, en el mismo terreno, pero en diferentes casas. Concepción afirma haberla visto frente a su casa, en la fila de la panadería, el viernes anterior a su desaparición. Por eso, llamó la atención de su familia el hecho que nadie la había visto en las últimas 72 horas ni tenía comunicación de ella.
Una de sus hermanas tenía la cuenta de Facebook de Margarita abierta en su celular y se percató de que salió el sábado por la noche a una fiesta, cerca de su casa. Posteriormente, las cámaras de vigilancia ratificarían esa información y permitirían ver que estuvo con algunas amistades en un local donde venden cerveza, a donde llegaron cuatro muchachos en moto, quienes después de un rato comenzaron a discutir con la gente del lugar y después sacaron una pistola.
Todos eran conocidos de ella, uno de ellos, constantemente decía a Margarita que quería andar con su novia, y si era necesario, la desaparecería para que no fuera un obstáculo, pues ella era lesbiana. Comentarios considerados como bromas, hasta esa noche en la que no la dejaron en paz, y estuvo obligada a ser su acompañante y subirse a una de las motos para emprender rumbo a San Mateo Jalpa.
La última vez que una cámara la captó fue a las seis de la mañana del primer domingo de junio de 2022. Con esos datos, pudieron aprehender a los involucrados al poco tiempo, mas a la familia, se le negó la posibilidad de que, al menos, uno de los integrantes estuviera en las audiencias y supiera el destino de su hermana.
Cerraron calles, repartieron fichas, marcharon, hicieron búsquedas colectivas, pero nada les daba indicios de lo ocurrido con Margarita, pues el hombre con quien había estado por última vez se negaba a hablar en las audiencias. A partir de esas acciones conocieron a otras familias en situación similar y organizaciones como el Centro Miguel Agustín Pro Juárez. Estos lazos les ayudarían a que, el 6 de diciembre de 2024, una compañera de lucha, Jacqueline Palmeros, les informara sobre el hallazgo de un cuerpo con características similares a las de Margarita, en Huitzilac, Morelos. Efectivamente, era el de ella, con cierto grado de descomposición y algunas partes faltantes. Este había sido encontrado a mediados de junio de 2022, pero nadie lo había notificado.
Ante el hecho, la familia se negó a recibirlo, debido a la carencia de una investigación sobre los sucesos, la falta de búsqueda en la zona del hallazgo para encontrar más restos, y la incongruencia entre las autoridades de la ciudad de México y de Morelos, pues en la primera, la carpeta se abrió por desaparición, y en la segunda, por feminicidio.
En realidad, advierten sus familiares, lo que ocurrió es un lesbofeminicidio, pues era claro que el victimario la odiaba por su orientación sexual, sumado a que las autoridades intentaron culparles de rechazar a Margarita por amar a otras mujeres, cuando en realidad, desde su adolescencia la habían respaldado sin fijaciones.
Este jueves 8 de mayo serán sus funerales, a casi tres años de su desaparición, pues su familia aceptó el regreso de su cuerpo, para que pueda ser sepultado junto al de su madre, quien falleció durante el proceso de búsqueda. Sin embargo, no dejarán de buscar justicia para que el responsable reciba las sanciones correspondientes.