Filosofía y psicoanálisis — letraese letra ese

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Filosofía y psicoanálisis


A comienzo de la década de los noventa, un grupo de jóvenes filósofos de Eslovenia, estudiantes de la Universidad de Liubliana, propusieron conjuntar a la filosofía, el psicoanálisis y el cine como caminos de reflexión sobre un mundo cambiante ante los acelerados procesos de globalización, la caída del Muro de Berlín y una reconfiguración del mundo con respecto a la forma en que fue delimitado durante la segunda mitad del siglo XX.

El resultado de su propuesta fue la denominada –desde el exterior, no desde la mirada de sus participantes– como la Escuela de Liubliana, coiniciada por Slavoj Zizek, Mladen Dolar, y Alenka Zupancic, quien, en una entrevista con Alejandro Cerda, uno de sus principales conocedores y divulgadores en lengua hispana, asegura que la filosofía llego a su vida como una especie de revelación, después de conocer la propuesta de su colega Zizek, de fusionar lo filosófico con lo psicoanalítico para dar lectura a un mundo cambiante.

Ofrece “un diálogo entre el psicoanálisis de corte lacaniano y la filosofía inaugurada por la ontología kantiana y su posterior desarrollo en el idealismo alemán”, de acuerdo con la lectura de Daniel Alberto Sicerone, otro de sus estudiosos en América Latina, quien agrega que “sus teorizaciones y demás producciones académicas están orientadas a pensar filosóficamente los conceptos psicoanalíticos, así como también hacer una crítica de la cultura a partir de ciertas categorías propias del psicoanálisis”.

En el caso de Zupancic, su trayectoria intelectual la ha llevado a reflexionar sobre la ética kantiana desde la mirada psicoanalítica de Lacan, el papel de la comedia en el mundo actual, la propuesta filosófica de Nietzsche en diferentes momentos, el sexo y el psicoanálisis, pero, sobre todo, a retomar, para sus reflexiones, el postulado de Jacques Lacan de lo Real.

Sobre esto último, en su libro ¿Por qué el psicoanálisis? (Paradiso Editores, 2013), se pregunta sobre cuál es su campo propio, y resalta que, a pesar de las críticas al fundador de esta corriente epistemológica, su gran aportación consistió en hallar el punto de coincidencia entre el cuerpo y la mente.

A la vez, destaca, que el psicoanálisis no debe estar constreñido a las cuestiones de la mente, sino que, como propone Lacan, su radio de acción es mucho más amplio, y se puede sumar a los debates filosóficos actuales por medio de un diálogo sobre cuestiones ontológicas, algunos aspectos estéticos, y la sexualidad.

El sexo

¿El sexo puede ser considerado una categoría de análisis filosófico? fue una de las preguntas que se planteó hace algunos años la también profesora en la Escuela Europea de Graduados al percatarse de una asociación cuasi natural entre el psicoanálisis y el sexo, cuando, en realidad, hacía falta establecer un vínculo entre la sexualidad y la ontología, así como delimitar las posibles implicaciones políticas de dicha postura.

De acuerdo con la autora de ¿Qué es el sexo? (Paradiso Editores, 2021), Freud afirma que la sexualidad es fundamentalmente problemática porque es imposible describirla o delimitarla en términos precisos y fijos, siendo, de cierta manera, volátil, difícil de definir. Al respecto, plantea dos posibles caminos de reflexión, desde el psicoanálisis, el sexo como un concepto que formula contradicción persistente de la realidad, y que esta contradicción no puede circunscribirse a un nivel secundario, pues es parte de las estructuras del ser mismo.

Por lo tanto, el sexo es parte de la definición del ser, y no es ajeno a él, aunque su presencia sea difusa, o incluso, negada, debido a que se le asimila como artificial, al ser asumido como una pulsión desnaturalizada. Sin embargo, permea en muchos extractos de la sociedad, y a pesar de que se intenta recubrirlo y ocultarlo, siempre está a flote. Incluso, en las formas de expresarse y materializarse, que difieren mucho de sólo dos posibilidades, debido a que siempre se abren posibilidades para establecer una diferencia sexual, no sustentada en normas que en realidad no existen, sino en la capacidad del goce.

Preocupaciones actuales

De visita en México, Zupancic impartió dos conferencias, una en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde explicó el concepto de “poder paranoico” para una lectura del panorama político actual, encarnado en la figura de Donald Trump, debido a que es el máximo representante de una corriente política contraria al reconocimiento de la diversidad humana, en particular, la asociada a cuestiones de género y de orientaciones sexuales.

Para ello, recurre a la categoría psicoanalítica de castración, asociando a líderes como Trump, representantes de posturas conservadoras, con el miedo a perder esa virilidad frente al avance del posicionamiento público de las mujeres o a la irrupción de los movimientos LGBTIQ+, y con la finalidad de evitarlo, se apoyan en la misoginia, la homofobia, el racismo, y cualquier otro mecanismo repelente de diversidad y de igualdad.

Nuevos apuntes

Uno de los ejes fundamentales de su propuesta reflexiva es la filosofía alemana, dentro de la cual, ha sido amplia lectora de Nietzsche, por lo que, en uno de sus más recientes libros, La sombra más corta (Paradiso Editores, 2025) cuestiona la idea de considerar al pensador alemán como alguien adelantado a su tiempo, y más bien lo retrata como alejado de “la moda”, cualidad otorgante de su vigencia hasta nuestros días.

Más, este trazo del pensamiento nietzscheano permite una relectura de su declaración de la muerte de Dios, el ideal ascético y el nihilismo a partir de la condición posmoderna actual, así como, reanalizar su propuesta de noción de verdad y su aplicación a un entorno en el que esta pierde cada vez más su validez.

Por otra parte, retoma la tragedia de Sófocles de Antígona, de la cual han surgido múltiples lecturas, debido a la polémica encerrada en la misma, por el carácter transgresor de la protagonista ante la decisión de Creonte, rey de Tebas, de no permitir dar sepultura a su hermano, Polinices, después de que este y su otro hermano, Eteocles, se asesinan mutuamente en una disputa por el poder de la metrópoli helénica. Sin embargo, ella decide recubrir el cuerpo de Polinices, a pesar de la prohibición, con la consecuencia de ser enterrada viva como escarmiento.

El producto de esta relectura de la tragedia clásica griega es Que se pudran. El paralaje de Antígona (Sexto Piso, 2025), libro recién publicado y subdividido en tres grandes ejes: la violencia, en un sentido de aquella producida más allá del poder y sustentada en la subjetividad y la arbitrariedad; la no muerte, como esa posibilidad de no finalizar una vida con el cese de la presencia física, y la decisión de ella de señalar que eso que hizo por su hermano, no lo haría ni por su esposo ni por sus hijos.

Con el anuncio de nuevos textos filosóficos sobre el valor de la ficción en nuestros días a partir de sus experiencias estéticas a través del cine, y teórico-conceptuales, con la aplicación de la conjunción psicoanalítica-filosófica, la prolífica autora concluyó su visita en el país, con el compromiso de, ante un mundo adverso al diálogo y preferente por la imposición, seguir cuestionando y buscando alternativas de análisis y de aliento.

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