Respuesta comunitaria al VIH
A pesar de los avances en la cobertura del tratamiento del VIH y en la accesibilidad de las pruebas de detección del virus, el número de muertes por sida y de nuevos diagnósticos no ha dejado de crecer en nuestro país.
Cierto, la atención del VIH ha mejorado en las instituciones públicas, sin embargo, las cifras difundidas por las autoridades de salud revelan, en el mejor de los casos, un estancamiento en la respuesta institucional a la epidemia del VIH. Pareciera que se ha llegado a un límite en la capacidad de atención.
Si buena parte de las infecciones por VIH se originan a través de la transmisión comunitaria, sobre todo de la práctica sexual entre hombres, ¿por qué las instituciones han sido renuentes en incluir a las organizaciones comunitarias como aliadas clave en la respuesta a la epidemia del VIH? Existen excepciones que bien podrían ser replicadas, ahí está la Clínica Especializada Condesa de la CDMX, cuyo exitoso modelo se basa precisamente en la participación comunitaria.
Qué mejor que sean miembros de la propia comunidad afectada los que le acerquen y transmitan los insumos y mensajes preventivos a sus pares, los que realicen las pruebas de detección y acompañen e ingresen a las personas diagnosticadas VIH positivas a los centros de salud.
Sólo rompiendo inercias en la atención médica se podrá lograr detener una epidemia rebelde a los viejos esquemas clínicos.