A través de un encuadre cinematográfico en blanco y negro se observa con detenimiento una planta; una sombra sobresale pero no se logra distinguir qué es. ¿Es una persona?, ¿hay alguien atrás de mí o sólo es mi reflejo? También se revelan ventanas, puertas que no sabemos hacia dónde nos guían hasta que notamos que nos hemos perdido. El espacio, oscuro y reducido a obras del cine de los años treinta y sesenta nos habla con fervor para mostrar una cosa: la percepción de una realidad dentro de un cuadrangular. El diálogo entre líneas, es la representación de una vida cotidiana en donde las mujeres y los grupos disidentes simplemente no son visibles.

Las desinvitadas, exposición de la artista Fabiola Torres Alzaga, abre el diálogo sobre diversos filmes de horror cuyo contexto de realización es el periodo de la censura en el cine de Hollywood, para dar lugar a aquellos territorios ocultos: ¿qué es visible y qué permanece fuera de encuadre?, ¿dónde se exponen entes, ausencias y presencias? Desde una perspectiva de las disidencias sexuales, la artista plantea un espacio más inclusivo, contrapuesto a la forma de representarse en las películas el empoderamiento de las mujeres y la población LGBTIQ+ que habían quedado fuera de lo que se mostraba socialmente.

“Trabajo con la perspectiva dentro de las políticas de lo visual, sus geografías, sus opacidades y muchas veces sus invisibilidades. Me interesaba la manera en que [las películas] exponían una presencia ausente. Paralelamente, algunos realizadores de estas películas apelaron a la visión activa del espectador, en poder exceder los límites de la imagen que el encuadre representaba, con el fin de que el público pudiera imaginar aquellas ausencias que la censura no permitía el uso del sonido, del diálogo entre líneas y del vasto fuera de cuadro”, comenta la autora en recorrido virtual.

Las desinvitadas se exhibe en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), hasta el 23 de febrero de 2025.

Las desinvitadas

Fabiola Torres Alzaga

MUAC