“La salud es primero”. Tal expresión pareciera cumplir la primicia de que nada más importa que el derecho de una persona a tener acceso integral a la atención de cualquier padecimiento que afecte negativamente su vida, como lo dictan tratados internacionales de derechos humanos. Los modelos de atención médica que sustentan este derecho desde el Estado asumen compromisos para que la población tenga cobertura médica, convenientemente, con empresas privadas y farmacéuticas donde se prioriza la mercantilización.

El director Michael Moore evidencia las deficiencias del sistema de salud estadunidense, comparándolo con modelos de atención universal en países como Canadá, Francia y Reino Unido en su documental Sicko (2007). Desde el retrato de la vida cotidiana, se exponen los casos en donde las aseguradoras manipulan los seguros médicos para cobrar cuotas exacerbadas, incumplir de contratos y vincularse con modelos ineficientes.

El filme ofrece una reflexión profunda sobre la relación entre política, economía y salud pública, misma que tiene relevancia contemporánea para repensar la salud ante políticas estadunidenses que entradas al inicio de 2025 argumentan “mala gestión” en los recursos sanitarios, los cuales privilegian el pago por atención médica para dejar a una gran parte de la población vulnerable a la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.

En esta cinta de 2007, Moore hace un llamado a la acción urgente para contemplar que cualquier gobierno puede anteponer el capital económico y dejar a la deriva la salud pública, al mismo tiempo que señala cómo en América Latina, si bien existen programas de gratuidad médica, no los hay en todos los países y por el contrario, cada vez se discuten políticas de privatización de la salud.

Sicko se puede ver en plataformas de streaming independientes o Prime video Estados Unidos.

Sicko

Director: Michael Moore

Estados Unidos, 2007